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Chapter 9 - Capitulo 9

El regreso del Barrio del Placer dejó a Sasuke en un estado de profunda miseria. La excitación en la presencia de Naruko era un dolor constante, una traición a su búsqueda de poder.

Naruko, sabiendo que su vínculo era una bomba de tiempo, activó su pantalla al día siguiente.

¡Misión de Dominación Final: La Ceremonia de la Sumisión!

Sasuke debe aceptar tu control total sobre su cuerpo antes de que pueda ser un aliado confiable. Solo la humillación completa romperá su muro de odio.

Objetivo:

En un lugar privado, obliga a Sasuke a desnudarse.

Masturba su pene hasta el clímax.

Permite que Sasuke libere su esperma y que manche tu rostro.

Recompensa:

4000 monedas.

Habilidad Pasiva Desbloqueada: 'Dominación de Placer' (Cualquier acto sexual contigo borra temporalmente los recuerdos traumáticos del objetivo, creando una dependencia).

Castigo por Fallar la Misión:

Tu cuerpo será temporalmente anestesiado a cualquier toque o placer durante 72 horas. (La peor tortura posible).

Naruko asintió con una seriedad sombría. Esto era más que placer; era la guerra psicológica necesaria para ganar su lealtad.

Naruko interceptó a Sasuke cerca del Campo de Entrenamiento Siete. Su aura de Ilusión Sensual era tan potente que los pájaros en el bosque cantaban con una melodía extrañamente lasciva.

"Sasuke-kun, necesito que vengas conmigo. Es urgente. Algo sobre... tu Chakra," dijo Naruko, su voz era ahora el Beso de Seducción sin contacto: una mentira que sonaba a verdad irresistible.

Sasuke la miró, la rabia compitiendo con la excitación que la mera visión de Naruko generaba. "No iré a ninguna parte contigo, perdedora."

"Sí, irás," replicó Naruko, dando un paso más cerca. "O tu obsesión te destruirá. Anoche lloraste en tu almohada por culpa de la imagen que te di. ¿Quieres que todo Konoha lo sepa? Sé dónde te duele."

La mención de su humillación nocturna fue el golpe final. Sasuke se estremeció.

"¿Qué quieres?" susurró, su voz rota.

"Vamos a la cabaña de entrenamiento abandonada. A solas."

En la penumbra de la cabaña, el aire era espeso y quieto.

"Quítate la ropa, Sasuke," ordenó Naruko, su tono sin inflexiones, casi clínico.

Sasuke apretó los puños. "¡No! ¡Nunca!"

Naruko se acercó, su mano, suave y cálida por el Chakra, se posó en la hebilla de su cinturón. "Tienes dos opciones: La humillación controlada conmigo, o el colapso público. Elige."

La Ilusión Sensual de Naruko se disparó a su punto máximo. Sasuke sintió un repentino e irresistible rush de necesidad. Su cuerpo tomó la decisión por él.

Con un grito de agonía y rabia, Sasuke se desnudó. La ropa cayó en un montón a sus pies. El joven Uchiha, esbelto y tenso, quedó expuesto. Su erección, ya presente, era una confesión de su rendición.

Naruko se arrodilló frente a él. Sus ojos azules estaban fijos en su anatomía.

"Bien. Ahora vas a liberar el veneno, Sasuke-kun. Yo lo controlo."

Naruko tomó su pene, su toque era una descarga eléctrica. Sus dedos, suaves y hábiles por el Control de Chakra, se movieron lentamente. Ella aplicó un ligero flujo de Chakra cálido, haciendo que la sensación se intensificara hasta un punto doloroso y exquisito.

Sasuke jadeó, su cabeza inclinándose hacia atrás. No era placer; era una purga violenta de su voluntad.

"Mírame, Sasuke," ordenó Naruko, su voz era el único sonido.

Él abrió los ojos, sus pupilas dilatadas por la agonía del placer. Vio la belleza demoníaca de Naruko arrodillada ante él.

El ritmo se aceleró. Naruko usó sus dedos con una precisión de kunoichi experta, llevando a Sasuke al borde, deteniéndose, y volviendo a empujar.

"Ya no puedes controlarme, Uchiha. Yo te controlo. Yo soy tu placer. Yo soy tu debilidad," susurró Naruko.

Sasuke no pudo hablar. Su cuerpo temblaba con espasmos incontrolables.

El clímax fue una explosión. Un gemido gutural, desgarrador, salió de su garganta. El esperma de Sasuke salió con fuerza y abundante, caliente y espeso.

Naruko inclinó su rostro deliberadamente hacia adelante. El chorro la golpeó, manchando su barbilla, sus mejillas y su cabello. El acto fue rápido, sucio y absolutamente humillante para Sasuke.

Naruko sonrió, saboreando el momento de la dominación. Se limpió el rostro con el dorso de la mano.

"Misión cumplida, Sasuke-kun. Ahora te debo una misión. Una real."

Sasuke se quedó inmóvil, avergonzado, pero extrañamente vacío de su odio. La 'Dominación de Placer' había surtido efecto.

Dos días después, Kakashi-sensei asignó una misión Rango C urgente: escoltar un valioso rollo de sellado a la Aldea de la Cascada a través del País de los Ríos. Era una ruta peligrosa.

Naruko, Sasuke, y Kakashi se pusieron en marcha. Sakura todavía no se había reincorporado al equipo.

La emboscada ocurrió en un desfiladero rocoso. No eran ninjas de Konoha; eran mercenarios de Iwagakure especializados en interrogatorios y captura, liderados por un Jōnin llamado Genzō.

"¡Genzō-sama! ¡Ahí están!"

Los mercenarios eran brutales. Kakashi, protegiendo el rollo, fue rápidamente superado por dos chūnin y Genzō. Sasuke luchó ferozmente, usando jutsu de Fuego, pero un mercenario lo golpeó por detrás, y cayó inconsciente en un rincón oscuro de las rocas.

Naruko fue la última en caer. Intentó usar su Ilusión Sensual, pero el líder, Genzō, era inmune.

"¡Una perra atractiva! ¡Nos la llevaremos como recompensa!" gritó Genzō, golpeándola en la nuca.

Naruko se desplomó, la oscuridad cubriéndola.

Naruko despertó atada a una cama improvisada en una cueva oscura y húmeda. La habitación apestaba a sudor, tierra y miedo. Genzō y otros dos mercenarios estaban presentes. Kakashi estaba inconsciente, vigilado a distancia.

"Mírenla, chicos," gruñó Genzō, rasgando la tela del 'Traje de Tentación' de Naruko. "Esta perra ha estado pidiendo esto con ese atuendo."

Naruko intentó liberar su Chakra, pero sus puntos vitales estaban sellados. El terror fue absoluto. El trauma se estrelló contra ella.

Genzō se acercó. Era grande, su piel áspera, sus ojos llenos de crueldad.

El primer acto de Genzō fue violento y humillante. La sujetó, forzándola con dolor. Naruko gritó, un sonido estrangulado que llenó la cueva. El dolor era agudo, invasivo. La penetración fue brutal, sin respeto, sin placer. El asco, el miedo y el dolor puro inundaron su conciencia.

"¡Paga por tu insolencia, perra de Konoha!" gritó Genzō, su peso aplastándola.

La lucha de Naruko era desesperada, pero inútil. Los otros mercenarios se reían. El asalto continuó, un mercenario tomando el relevo del otro, su cuerpo convertido en un objeto de dominación. El abuso era prolongado, despiadado, y Naruko sentía que su mente se rompía. El dolor físico y la humillación eran más intensos que cualquier cosa que el Sistema pudiera infligir.

Entonces, cuando el tercer hombre la sujetaba, ocurrió algo inesperado.

La 'Resistencia Sensual' y la 'Dominación de Placer' del Sistema se activaron. En el punto más bajo de su terror, su mente, en un acto de autopreservación, se rindió al placer.

Naruko, humillada y penetrada, dejó de luchar. Su cerebro, sobrecargado por el trauma, invirtió la señal. El dolor se convirtió en una sensación abrumadora de poder y excitación perversa.

Ella gritó de nuevo, pero esta vez, el sonido fue una mezcla de dolor y un gemido gutural. Sus caderas se movieron instintivamente.

"¡Sí! ¡Eso es!" gritó el mercenario, al notar la respuesta.

Naruko sintió una oleada de placer oscuro y vergonzoso. Disfrutó del control que ejercían, de la fuerza bruta, de la negación de su voluntad. Su cuerpo la traicionaba, encontrando un éxtasis retorcido en la violación.

"¡Más! ¡Dame más!" jadeó Naruko, con los ojos llenos de lágrimas y lujuria.

En ese momento, la oscuridad se rompió.

Sasuke, despertado por la resonancia del grito final y la intensa Lujuria/Confusión Ardiente que emanaba de Naruko a través del vínculo, irrumpió en la cueva.

Sus ojos, llenos de un sharingan recién activado por la furia del momento, se fijaron en la escena: Naruko, desnuda y manchada, con un rostro de agonía y éxtasis.

La rabia de Sasuke fue volcánica. No por moral, sino por posesión.

"¡Malditos! ¡Ella es MÍA!" rugió Sasuke.

Un Gran Dragón de Fuego explotó de su boca, envolviendo a los mercenarios y a Genzō en una furia ardiente. Los hombres gritaron mientras el fuego los consumía.

Sasuke se acercó a la cama, sus ojos fijos en el cuerpo roto de Naruko. La tomó en sus brazos.

"Te tengo. Ya no te tocarán," susurró Sasuke, su voz temblaba.

Naruko, aún en un estado de shock y lujuria retorcida, no respondió. Pero el dolor había sido borrado. Solo quedaba la Dependencia del Placer y la imagen de su salvador.

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