La noche era oscura en Gotham, pero la gente ya estaba acostumbrada a eso, se quedaban porque confiaban en que en cuanto una luz se encendiera, el crimen empezaría a asustarse y correr.
Y así fue, la luz se encendió y no pasó mucho antes de que un grupo de personas empezarán a saltar de techo en techo, con habilidad y gracia.
Las personas se dividieron: Al Este, Red Hood y Red Robin patrullaban ese lugar.
Blüdhaven era custodiada por la ave que había abandonado el camino de Batman primero, Nithwing.
El caballero oscuro patrullaba el Norte y Oeste.
El centro era salvaguardado por dos de las más temidas de las calles, Spoiler y Orphan.
Pero una sombra seguía moviéndose a pesar de que los demás se habían quedado quietos asechando en la oscuridad.
Él no esperaba a que los problemas llegarán, él llegaba a los problemas.
-¿Dónde está? -Los ladrones que escapaban como podían miraban hacia arriba, esperando ver al ave mortal de Batman.
-No lo veo, ¿Lo perdimos? -Una patada derribó al hombre.
El otro empezó a disparar, el moreno lo esquivó y se escondió en las sombras nuevamente, el hombre aterrado miraba a todos lados.
El aroma a odio inundó el lugar, todos los que alguna vez habían peleado con él conocían este aroma, amargo, ácido, letal, el Omega se posicionó detrás de él.
-Buu -Lo noqueó y se sacudió las manos.
Finalmente salió a la luz, Gotham había sido testigo de su crecimiento, de su cambio. Su traje de ser uno infantil que nunca fue con él cambio a uno que iba mucho más con su estilo, el negro y el gris eran lo que predominaba, conservaba el amarillo tras su capa, sus guantes al igual que algunos bordes de su traje eran rojos y su antifaz había cambiado a un verde mucho más oscuro.
Este era Robin, el Robin que Gotham había despreciado alguna vez por su rudeza, pero con el que lentamente se encariñaron al verlo crecer.
-TT, sé que estás ahí, baja o te bajo yo -Robin miró al cielo y en un instante él estuvo a su lado.
La ciudad vió crecer a esta niño, a Robin, pero también fue testigo de que a su lado siempre estaba su mejor amigo, su fiel sombra, Superboy.
-Hola... Veo que me perdí de la diversión...
-TT, una hora tarde -Se cruzó de brazos -.A menos de que tengas una buena excusa... Te voy a patear el trasero
-¿Y si te llevo por una hamburguesa? -Puso ojitos de cachorro, aunque Superboy había crecido, no había perdido su ternura.
-La voy a terminar pagando yo -Negó con la cabeza y se recargó de la pared.
-¿Cuando dije que yo pagaría? -Jon sonrió burlonamente, Damian no pudo evitar reírse.
-Bien, bien, vamos -Empezó a caminar -.¿No piensas que comes mucho?
-Estoy creciendo, necesito comer mucho -Se alzó de hombros.
-Tienes catorce, no eres un niño -Se cruzó de brazos.
-Peeero sí sigo creciendo, por lo tanto necesito alimento -Sonrió triunfal.
-Y yo necesito paciencia
-Pero soy adorable, eso debe hacerte el trabajo más sencillo -Llegaron a un restaurante de comida rápida y entraron.
-Eres insoportable -Damian se acercó al mostrador y ordenó.
-Pero tu mejor amigo -Dijo tomando su hamburguesa.
-Un idiota -Damian tomó la suya y salieron del lugar.
-Soy más alto -Subieron a una azotea y se sentaron para comer.
-Soy mayor -Robin revisó su muñeca para verificar que aún tuviera su pulsera supresora, ya le había pasado anteriormente que la perdía en pelea.
-Tengo poderes -Le enseñó la lengua.
-TT, jodete... ¿Cómo vas con eso? -Robin se puso serio y lo miró.
Jonathan dejó de comer y miró la ciudad, reflexionando, se veía el miedo en sus ojos, la duda y nerviosismo.
-Aun no... No quiero que llegue, Dami, me da miedo... -Jon abrazó sus piernas.
-Lo sé... Da miedo -Damian lo consoló, sentía que era su deber puesto que Jon aún era un niño a sus ojos -.Pero no te preocupes, no es tan malo como crees, digo, sí, es una mierda pero... No es para tanto
-Gracias Dami... Pero aún apestas en esto de consolar gente...
-TT, cállate -Siguió comiendo -.En fin, hay más posibilidades de que entres en Rut el día de tu cumpleaños, como me pasó a mí
-¡¿Entonces no vendrás a mi cumpleaños?! -Jonathan lo tomó de los hombros.
-¿Quieres que vaya? -Alzó una ceja.
Jonathan se detuvo y lo soltó, volviendo a su posición inicial, sabía lo que era un Rut y no quería exponer a Damian a eso.
-No, o sea, si quiero pero... -Abrazó sus piernas y escondió su cara en sus piernas -.No me perdonaría si algo te pasara, Dami...
-Escucha -Pusó una mano en su hombro para que su amigo lo mirara -.Iré un rato y si veo que las cosas se ponen feas, me iré
-¿Prometes que te irás?
-Sí
-¿No importa lo que pase?
-Sí, sí -Suspiró y quitó su mano.
-¿Promesa kriptoniana? -Sonrió el ojiazul.
-... Promesa kriptoniana...
