[Un mes después, Japón]
—Así que es aquí donde viviremos—.
—Tami deja de jugar recoge tu mochila—.
—Sí, hermana—.
—... Déjame ayudarte con la maleta—.
—Gracias Ikki…—.
Tragándose las palabras que quería decir, Alisa miró la casa de Ikki y donde ahora vivirán los tres.
—Pasen, dejen las maletas en la sala—.
Les dijo para ir a abrir ventanas y comprobar que haya agua y luz.
—Nya, este sitio sé ha vuelto un polvadero, necesita una buena limpieza—.
—Que esperabas si han pasado dos meses y medio desde que salimos—.
—Yo me encargo de la limpieza, es lo mínimo, ahora que vivimos bajo tu techo—.
—Te tomaré la palabra, será un día agotador, pero hagamos esto rápido para descansar, más tarde—.
—Sii—.
—Nya, Tami vamos por las escobas, pala, trapeador y balde ¡Yo limpio las ventanas!—.
—¡Ah! qué injusto yo quería limpiar las ventanas—.
—No corran que te puedes lastimar. Fuuu, esa niña—.
—Déjala Alis, todavía está en esa etapa juguetona—.
—La consientes demasiado Ikki—.
Alzando las manos al ver que fruncía el ceño. Alisa se rio y no dijo más.
—Terminemos rápido, tienes detergente y suavizante, para lavar la ropa, hoy está haciendo buen sol—.
—Mmm, creo haber dejado un poco, pero mejor iré a comprar un poco—.
—Yo puedo ir—.
—Sabes hablar japonés—.
—Ah—.
—Iré a comprar las cosas que faltan a la tienda—.
—Mientras, quitaré las sábanas de los muebles y comenzaré a limpiar—.
Dejando en manos a Alisa, Ikki salió de la casa directo a la tienda que quedaba a unas cuantas cuadras y sin querer mira la casa de alado.
—... Más tarde pasaré a saludar, tampoco parece haber nadie—.
------
Volviendo con varias fundas de compras en cada mano; Jugos, algo de picar, detergente, suavizante, ambientadores, toallas de cocina y desinfectante.
—Con esto hasta la noche y mañana iré al mercado a hacer las compras—.
Dijo mientras pensaba en su futuro.
-Aunque muchas cosas no salieron como lo tenía pensado, ya no puedo dar marcha atrás, tampoco he vuelto a transformarme en Kaede desde que salve a ambas hermanas. Pero aun con todo hecho y convenciendo de que la mejor forma era salir del país, por la seguridad de ambas. Alisa acepto, claro que al principio fue renuente y quería volver a su casa, pero Hada neko intervino y se le mostró las noticias. Aunque tampoco le hemos contado en qué consistía su relación con la mafia, pero lo mejor que pude inventar es que le debía dinero y si sabían que estaba viva, ella y Tamara corrían peligro y nos hizo caso-.
—Tampoco he aclarado nuestra relación, Tamara tampoco ha dicho nada… Para ser una mocosa, 10 años menor que yo, comprende muy bien su entorno, como se esperaba de las cinco—.
—¡Ikki Nii-san!—.
Sorprendido, mira a la única persona que lo llama así, era un preadolescente y el hijo mayor de Nao Hirose, Ken Hirose que venía corriendo hasta detenerse delante de Ikki.
—¡Porque no nos dijiste que volvías hoy Ikki Nii-san!, hubiéramos ido a verte—.
—No quería molestarle, además parece que hoy tuvieron una salida familiar, porque molestarse en esperar en el aburrido aeropuerto—.
—Eres como la familia, qué cosas dices Ikki Nii-san—.
—... qué puedo decir, me halaga que me tengan en tanta estima. ¿Dónde están?—.
Ken que entendía, señalo en una dirección.
—Mi mami está en casa con mis hermanos, voy a hacer unas compras, no teníamos verduras. Le dará gusto saber que regresaste a mi mami y mis hermanos—.
—Dile que iré a visitarlos más tarde, ahora estoy limpiando la casa, y trata de no señalar es de mala educación—.
—Siii—.
Viéndolo irse así como llegó, Ikki llegó a su casa sin detenerse a saludar a la familia Hirose.
—¡Bienvenido!, déjame ayudarte—.
—Gracias, vaya, la casa parece cada vez más presentable sin tanto polvo. ¿Tami y hada neko?—.
—Están cambiando las camas y limpiando la parte de arriba—.
—Iré a limpiar el baño y después saldré a cortar el monte que creció de más—.
—Está bien. Iré a lavar la ropa—.
Charlando casualmente, la puerta principal se abre de golpe.
—¡¡Onii-san!!—.
—¡¡Onii-chan!!—.
—¡Aoi, Koji es de mala educación entrar a otra casa sin…!—.
Abrazándolo y revoloteando alrededor de Ikki y al escuchar a Nao entrando a la casa se estremeció e Ikki también pudo notarlo cuando se quedó callada de repente entre el regaño de Aoi y Koji.
—Lo-lo siento Ikki-kun, cuando se enteraron de que volviste por parte de Ken, vinieron corriendo…—.
Casi ni siquiera pudiendo disimular el desconcierto que proporcionaba la presencia de Alisa, Nao solo pudo comportarse amablemente.
—¡Qué bonita niña!—.
—Onee-chan, qué linda eres, ¿eres la novia de Onii-san?—.
Ambos niños no pudiendo evitar admirar la belleza extranjera como lo era Alisa, Ikki se acercó y le habló.
—Dicen que eres bonita y muy linda y que sí eres mi novia—.
Alisa estupefacta se rio ante los elogios de ambos niños de primaria, que para una mujer con la belleza natural que era no le hace falta, pero nunca faltaban, se agachó, y les dijo amablemente en ruso.
—Gracias, si soy la novia de Ikki—.
Ahora siendo el turno de Aoi y Koji de estar desconcertados, ya que no sabían nada de ruso, Ikki les tradujo sin avergonzarse.
—Dice que gracias y que sí soy su novio—.
Casi al mismo tiempo que le decía a los niños Ikki no dudando, tomó las manos de Alisa para que se levantara y le dio un pico en los labios, haciéndola sonrojar por lo repentino y delante de desconocidos.
—Aunque dije que los besos estaban bien, no es bueno cuando hay niños presentes—.
—Ahahaha, entonces podré tener mucho más cuando se vayan—.
—tonto—.
Golpeó de forma juguetona el pecho de Ikki mientras se sonrojaba.
—... Déjenme presentarles, ella es mi novia Alisa Volkova—.
Más o menos entendiendo lo que hacía Ikki, Alisa al escuchar su nombre asintió antes los niños y Nao que no había dejado la sorpresa de la noticia.
—Onii-san increíble, tienes una hermosa novia—.
—Increíble—.
—No es para tanto. Nao, lo siento por no ir a verte primero, pero la casa había estado más polvorienta de lo que pensaba que estaría—.
—N-no te preocupes, nosotros también habíamos llegado de ir a jugar al parque, fue una sorpresa cuando Ken vino a contarnos… ¿Nunca habías hablado que tenías novia?—.
—Bueno, nos habíamos conocido en línea, entre una y otras cosas, decidimos conocernos en persona, viaje a Rusia para conocerla, y cuando confirmamos que nuestro sentimiento eran mutuos la traje conmigo—.
—Ehehehehe, me alegro por ustedes dos—.
-Mmm, ¿qué sucede aquí?-.
Alisa aguda en su intuición femenina, se apegó más al cuerpo de Ikki y le dijo.
—Amor, tengo que seguir limpiando o no estará la casa limpia para la noche, chu—.
Despidiéndose con un beso en los labios, antes de lanzarle una mirada a Nao que entendió lo que hacía Alisa.
—A-hahaha, parece que se llevan muy bien… niños vamos, no podemos molestar más a Ikki, que está limpiando—.
—Ehhh, pero quiero quedarme un poco más con Onii-san—.
—Yo también quiero jugar con Onii-chan—.
—¡Niños!—.
—No te enojes con ellos. Niños háganle caso a su mamá, más tarde o mejor, mañana salgamos a jugar, que dicen—.
—Lo prometes—.
—Promesa del meñique—.
Volviendo la paz a la casa, Ikki cierra la puerta mientras ve irse a Nao junto a Aoi y Koji.
—¿Nunca me hablaste de esa mujer?—.
—¡!... celosa—.
—Hmph, porque debería de estarlo—.
Enfurruño, mientras limpiaba el mesón, aprovechando Ikki la abraza y le susurra a Alisa.
—Ya te había contado de ella, pero con todo lo ocurrido me había olvidado decirte de nuevo. Ella es Nao Hirose, madre de tres niños, está en pleno divorcio, su marido está en la cárcel por intento de asesinato y maltrato, fue gracias a que intervine es que esos niños no quedaron huérfanos—.
—... Ya entiendo—.
—Uch, duele, sabes—.
—Ve a hacer lo que ibas a hacer—.
Yéndose a limpiar el baño y la ducha después que le pellizcaran el muslo. Alisa que no puedo evitar que el malestar se intensifique.
-Hmph, no creo que quiera solamente regresar el favor por salvarla, maldita mojitada-.
—¡!, que me pasa—.
Tampoco entendiendo se Alisa, de donde venían esos pensamientos que tenía ante una persona que apenas conocía, decidió guardarlos para concentrarse en terminar de limpiar la cocina.
Esa misma noche, los cuatro se sentaron alrededor de la mesa del comedor, merendando un sándwich.
—Pensé que nunca íbamos a terminar de limpiar, estoy cansada—.
—Yo también, el viaje desde Rusia y la limpieza de la casa, me ha dejado muerta del cansancio—.
—Después que coman, pueden ir a bañarse, la tina está llenándose y lista—.
—Te tomaré la palabra Ikki—.
—Entremos juntos Hady—.
—Nya… aunque no me importa bañarme, pero me siento polvoriento así que también entraré… No te sientas triste Ikki por ser el único que entrara solo, nya—.
—Hmph, estoy demasiado agotado para seguir tus juegos hada neko—.
—Yo también, nya—.
—Ehehe—.
—¿Mm?—.
—Es que parecen hermanos, cuando se comportan así—
—¿Hermanos?—.
—Nya… puede que haya verdad en esas palabras—.
—Qué quieres decir—.
Frunciendo el ceño, Hada neko se sobaba sus ojos que se cerraban.
—Nací gracias a la abundante magia en Ikki, gracias a eso yo, tome forma… Creo que la palabra que puede definir mi existencia, sería el hijo de Ikki—.
—¡Eres el hijo de Ikki!... no se parecen en nada ahahaha—.
Riéndose Tamara, resultando chistoso la conversación, Ikki miro a Hada neko, en cambio, de sentirse desconcertado por la noticia, se rio.
—Ahahaha, que hijo más feo tengo—.
—¡Qué dijiste, nya!—.
—Puff, ehehehehe—.
—Tu también Alisa, nya—.
—Ahahaha… ya ves lo que se siente cuando estás en el otro extremo—.
—¡Los odios nya!—.
Escapando corrio en cuatro patas con un sonrojo que se hacía presente en su suave pelaje. Los tres no paraban de reírse.
—... Dejando fuera ese tema, quería hablar con ustedes dos, sobre nuestro futuro—.
Alisa y Tamara al escuchar un nuestro y no vuestro, se sonrojaron por algún motivo que las llenó de felicidad.
—¿De qué quieres hablar Ikki?, quieres que Tami vaya a la escuela, por mi parte no hay problema, creo que eso sería lo mejor, ya que conocerá niños de su edad—.
—Escuela—.
Comportándose con cualquier niño al mencionar escuela con sus tareas y despertar temprano, Ikki negó con la cabeza.
—Yo les enseñaré hablar japonés, matemáticas y lo esencial, lo que quiero hablar es sobre el futuro que tomaremos y nuestra separación con Tamara cuando regrese al futuro—.
Envolviéndolos una aprehensión cuando escucharon decir sus planes que no tenían en cuenta los sentimientos de las hermanas, Ikki prosiguió.
—Tenemos cuatro años, Tamara ahora tiene seis añitos. Alisa, espero que entiendas mi decisión aunque pueda sonar cruel para ambas, pero es lo único que puedo hacer, ya que tu hermana tiene un destino que cumplir—.
—¿Me habías dicho que venías del futuro?—.
Asintiendo Ikki, pues para convencer a Alisa, Ikki tuvo que contarle ciertas cosas del futuro, como la guerra que se avecinaba con los Disas y que su hermana era una de las elegidas.
—No sobreviví, cierto—.
—No, no lo hiciste, yo interferí… Ahora solo eres un fantasma, puesto que todo mundo te cree muerta y Tamara desaparecida, por eso se tomó tiempo la creación de papeles e identificación rusa para las dos, por eso hada neko se esforzó en mantener la ilusión de tu cadáver hasta que fue incinerado y echadas las cenizas en el mar—.
—Puedes irte al futuro, pero no me separaré de Tamara ni dejaré que participe en esa guerra—.
Escapando un profundo suspiro que hizo a las hermanas temblar, miraron a un Ikki serio, su mirada afilada con el de un halcón observando a su presa, se levantó.
—Vayan a bañarse, saldré por un momento—.
—¡!...—.
Queriendo hablar cuando vio la espalda de Ikki alejarse, Alisa sintió un nudo en la garganta que le imposibilito hablar.
Escuchándose la puerta cerrarse, ambas hermanas se miraron a los ojos.
—Her-hermana—.
—No te preocupes Tami, tu hermana está aquí, no dejaré que te pongas en peligro—.
Queriendo mostrarse valiente ante su hermana pequeña, Alisa se había olvidado por completo lo que vivió Tamara cuando fue brutalmente golpeada, hasta dejarla muerta.
—¡No es eso!—.
—¿Tami?—.
—Hada neko me dijo todo lo que son capaces los Disas, sé que no crees que sé muchas cosas por qué soy pequeña, pero sé mucho… Hermana ha olvidado todo cuando vivimos juntas, has olvidado que casi te pierdo hace poco—.
—Ta-tamara yo—.
—Sé que no es culpa tuya, pero yo sabía todo lo que pasaba, oía lo que la señora Yorsh cuando te ibas a trabajar… ¡Sé muchas cosas!—.
Tratando de no llorar, sus manos agarran con fuerza su pantalón de mezclilla y mirando a Tamara le dijo con toda la fuerza que tenía.
—¡Tú no puedes protegerme ni yo puedo hacerlo!, porque somos débiles… Pero Ikki es fuerte, si Ikki te protege cuando no esté, no te pasará nada, yo puedo volverme fuerte si me convierto en una chica mágica, pero aun así no podré protegerte de los Disas.
Acercándose con pasos temblorosos, esas manos pequeñas agarraron la blusa de Tamara y con lágrimas recorriendo sus mejillas, le suplico desde el fondo de su alma.
—¡Her-hermana por favor, no quiero que mueras!—.
