[Hoy en esta localidad. En una pequeña casa acogedora donde vivían dos hermanas, se ha suscitado un macabro asesinato. Todo pasó esta mañana, cuando un grupo del que se cree que hijo de la mafia Clavasquin llegaron en dos Mercedes-Benz negros. Según los vecinos más cercanos, se escucharon gritos de la víctima de 19 años Alisa Volkova que murió, de lo que se presume fue proporcionada por la paliza que recibió; no solo eso, ahora se está haciendo una búsqueda por la pequeña Tamara Volkova, con apenas 6 años desaparecida…]
[Aquí reportando para la Tv Repossin 3, Denis Kuznetsov. Hoy me encuentro entre la carretera de Sopochnaya Ulitsa para informarle un hecho sanguinario que aún no se ha podido resolver. Han pasado tres días desde que las hermanas Volkova; una murió cruelmente al recibir la paliza que la llevó a su deceso y su hermana menor raptada, pero lo más misterioso comienza ahora. En la escena del crimen se encontraron dos Mercedes-Benz de color negro, placas xxxxxx, está confirmado que pertenecían a la mafia Clavasquin. Uno de los vehículos está incinerado, por lo que se cree que fue un arma de fuego de alta potencia. Los matones que vinieron a asesinar a la joven murieron: uno incinerado, por lo que se cree que fue la misma arma que destruyó el Mercedes-Benz; otro aplastado por el mismo; otro decapitado y, por último, el que se encontró en la entrada en la puerta, el que llevó a la muerte de la joven Alisa Volkova con un disparo en la cabeza...]
Escuchando la televisión, pronto un joven sale sirviendo tres platos.
—La comida está servida, vengan a comer—.
Sin recibir respuesta alguna, Ikki frunció el ceño, caminó hasta pararse entre el televisor y una pequeña niña de 6 a 7 años abrazando a un peluche o mejor dicho, Hada Neko.
—Dije a comer, ¿no escuchaste, Tamara?—.
—Lo escuché, pero no tengo mucha hambre… vamos a ver a mi hermana—.
—Más tarde vamos a visitarla; por ahora tienes que comer, tú también deja de consentirla, Hada neko—.
—Nya, ¿qué puedo decir yo?. Tamara no quiere comer, tampoco puedes obligarla—.
—¡Comprado! Crees que no sé qué te ha estado sobornando con comida—.
—E-eso no es cierto, ¿verdad, Hada neko?—.
—Eso es cierto, Nya, no calumnias… Además, si a eso llamas comida, hasta un adulto le resultará imposible de comer—.
—Esta vez lo hice bien, lo probé y no tiene sabor raro, tampoco está quemado, sigue la receta, así que prueben—.
—Tamara… Ikki se esforzó; A diferencia de Kaede, él es más responsable, porque no probamos—.
—Si tú lo dices… ¿Ikki y Kaede no son la misma persona?—.
—Nya, por alguna razón se está haciendo más evidente que Kaede es una mujer dejada, fiestera y nada hogareña—.
—... Es diferente a mi hermana mayor—.
—Yo también lo creo; si ambos fueran gemelos, Kaede sería la despreocupada mientras Ikki sería el responsable, nya—.
-Oh-.
Después del incidente con la mafia Clavasquin, Tamara no había soltado a Hada Neko, solo cuando iba al baño ya ducharse.
Ambos vieron el plato de comida que consistía en una tortilla revuelta con queso, tomate, cebolla blanca, albahaca y acompañando tostadas con batido de mora.
—No luce mal—.
—Tampoco huele agrio, nya—.
—... ¡Mm!, qué rico—.
—Sí…—.
Viendo que disfrutaban de la comida, Ikki que se disponía a tomar su cubierto, su cuerpo brilló transformándose en Kaede.
—¡Qué malos!, con tanto que me esforcé ayer con la sopa para que comieran y hablen feo a mis espaldas—.
—¡¿Kaede?!. Entonces, ¿por qué no probaste la comida antes de servir?. Sabes cuánto tiempo sufrimos en el baño, casi envías a Tamara al hospital, Nya—.
Sonrojándose de qué había hecho neko recordaba lo sucedido, Tamara guardó silencio, mientras escuchaba tranquila la discusión con Kaede.
—No es mi culpa, estoy segura de que hubo algún ingrediente dañado—.
—¡Y no era responsable el que cocina, el que supervisa eso, nya!—.
—¡Con todo lo que me esfuerce todavía reniegas, rata del espacio!—.
—¡¡Que dijiste, niña egoísta!!!!—.
—n-no peleen, por favor—.
—Ves lo que ¡!... Ahhh, lo siento, Hada neko, no quería decir esas cosas, solo que…—.
Enojado como pocas veces desde que se conocieron, había visto a Ikki a Hada neko; volvió a su puesto, para comer.
—Cuando todo pase quiero revisar en profundidad lo que sucede, nya. Pero, por lo que veo, Kaede está tomando forma, mientras más tiempo te transforma—.
—Quiere decir que es peligro—.
Se rascó la barbilla mullida.
—No diría que peligroso, nya… solo que, mejor, hablemos más tarde—.
-Si-.
Solo sonando las cucharas contra el plato, Tamara mira de reojo a Ikki y le pregunta tímidamente.
—¡Duelo!—.
—Te duele en algún lado, Tamara?—.
—Eso no debería ser posible; con la regeneración de Ikki, todas las contusiones debían desaparecer, nya—.
—No me refería a mí, dijo a ti… por lo que te ataque—.
—Ah, eso. Ya no me duele, está curado—.
—¿En serio?—.
—En serio—.
—¿En serio?, ¿en serio?, ¿no mientes?—.
—No miento—.
—Pero dijo que quedó una marca, pero yo no tengo ninguna marca—.
Mirándose las manos donde debería haber cortado por el vidrio que tomó, no se dio cuenta Tamara que Ikki le lanzaba una mirada de "¿Qué es lo que has dicho?" a Hada neko, que miraba hacia otro lado.
—Jajaja, no es algo que debas preocuparte, se puede decir que cada herida de un hombre es una medalla de honor—.
—En especial Ikki, que es experto en el campo de batalla, se puede decir que eres la primera en dejar una marca en su cuerpo, nya—.
Sin saber cómo responder, Ikki le sobaba la cabeza para quitarla Tamara.
—Prefiero que no toques mucho mi cabeza…—.
—Sin problema, ahora terminamos de desayunar y vistámonos para salir—.
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Llegando a la clínica donde mantenían a Alisa dormida, Ikki entra con Tamara y después de charlar con las enfermeras entra a la habitación individual.
—Sólo un tiempo—.
—Doctor, ¿cómo sigue?—.
—No ha habido cambios, pero la inflamación en el cerebro ha disminuido gracias a los medicamentos, la cesárea urgente que se realizó tampoco ha habido complicaciones… Esperamos que en los próximos días ya despierte y podamos realizar exámenes más exhaustivos—.
—Gracias doctor—.
—Es mi trabajo, vuelvo más tarde a ver cómo sigue tu novia—.
Viendo irse al doctor que estaba atendiendo a Alisa, Ikki y Tamara tomando de la mano a su hermana mayor, intubada con diversas máquinas conectadas.
—Parece que la ilusión sigue funcionando—.
—Nya, pero gracias a mantener dos ilusiones en diferentes sitios, además de que siempre mantengo la de Tamara, me ha hecho perder la habilidad de volar.
—Lo siento Hady—.
—Nya, no te preocupes Tami, es mi deber como el Hada neko que sirve a Ikki—.
—¿Hady? ¿Tami?—.
— ¿Qué tiene de raro?, Nya—.
—Pues que al desayunar ustedes dos no se llamaban así—.
—Hady es mi amigo, así que decidí llamarlo así, en cambio, le dije mi apodo con el cual mi hermana me llama cuando estamos solas—.
—Oh, ya comprendo… Bueno, iré a comprar algo de beber, quiero algo—.
—No, nya—.
—Yo tampoco, pero gracias—.
Saliendo de la recámara, Ikki comienza a caminar sin sentido, y llega fuera de la clínica donde se sienta en la vereda.
-No puedo permitir que el futuro se altere más de lo debido. Hada Neko debería comprenderlo mejor que nadie, acercarse tanto a Tamara no es bueno, que haremos cuando nos despidamos-.
Ikki con la incertidumbre, de no saber qué hacer, ya que alterar el pasado más allá de lo escrito podría ocasionar que la futura guerra, puede que ganen las cinco protagonistas, pero con el final que perezcan o al revés que el mal triunfo y que la tierra sea conquistada.
Mientras Ikki se devanaba el cerebro en la mejor de las ideas que podría ingeniar. En la habitación de la clínica, Hada Neko y Tamara no habían hablado, solo se escuchaba el respirador artificial y el pitido de los signos vitales.
—... ¿Crees que Ikki me odia?—.
—Nya?, por qué dice eso Tami—.
—Es que… cuando le dije sobre que somos amigos, puso mala cara—.
—Recuerdas lo que hablamos anoche, nya—.
Acostándose de lado en el sofá de cuero que permitiría a una o dos personas dormir en caso de que lo deseen.
—... Ustedes son del futuro, e Ikki decidió venir a salvar a mi hermana porque será una chica mágica en el futuro, donde pelearé en una guerra con gente mala de otro mundo—.
—Nya, trata de no decirlo frente a Ikki, ya que no estaba dispuesto a hablar contigo sobre este asunto—.
—¿Qué hará entonces?—.
—Ikki solo piensa en una línea, se puede decir que una vez vea el problema no sabe cómo salir de él… Pero si le muestro una forma, él será capaz de aceptarlo, ahora que lo aceptar es otra cosa, Nya—.
—No quiero separarme de mi hermana mayor—.
—Déjamelo a mi nya ¡!—.
—¡¿Q-qué está pasando?!, ¡¡hermana mayor, ¿qué le pasa a mi hermana?!!—.
—Llama a las enfermeras, rápido—.
Entre lágrimas Tamara deja a Hada neko atrás, saliendo gritando por las enfermeras, que se apresuran donde Alisa que convulsionaba y sus signos vitales habían desaparecido.
Entre los gritos por no saber qué sucedió, teniendo que llevarsela otra enfermera detiene a una angustiada Tamara, Ikki regresa.
—Ajá, ja, ajá, ¡¿qué sucede con Yulia?!—.
—... la señorita Yulia ha despertado, ahora el doctor la está examinando—.
—¡Ikki… wuuuuuu!!...—.
Viniendo corriendo entre llanto, Ikki que no sabía cómo responder su cuerpo atrapa a Tamara entre sus brazos donde llora mientras trata de explicar.
—mi… mi hermana… se movía feo y- y….wwuuu, las máquinas hacían mucho ruido, wuuu… tuve mucho miedo… no sé qué haré si le pasa algo a mi hermana, wuuuu…—.
—Todo estará bien… tu hermana apenas acaba de despertar y el doctor la está atendiendo, una vez que salgan entraremos, sí—.
Asintiendo Tamara con lágrimas aún derramándose, Ikki la levanta entre sus brazos, para irse a sentarse, esperando.
—¡Familia del paciente Vasiliev!—.
Saltando de las piernas de Ikki, Tamara es la primera en acercarse a la enfermera.
—¿Cómo está, Yulia?—.
—Estable, se le quitó el respirador artificial, también tuvimos que sedarla—.
—¿Sedarla?—.
—El doctor le explicará mejor—.
Directo a la habitación de Alisa, el doctor estaba dando indicaciones a la enfermera, al ver a Ikki y Tamara, se acerca.
—¡¿Cómo está mi hermana doctora?!—.
—¿Por qué la sedaron?—.
—Calma… la paciente está estable, puedes entrar a verla, pero ahora está dormida—.
Sin esperar que el doctor terminara Tamara ya había entrado. Ikki esperando que el doctor continuara, le hizo señas y los dos comenzaron a caminar.
—Es grave el asunto—.
—La paciente Yulia, tiene amnesia, no sabemos cuánto tiempo está en ese estado de pérdida de memoria, puede ser un par de días, semanas o años. Ya he mandado hacer una radiografías para saber el daño que provocó el golpe en la cabeza, lo que sí puedo decirle es que está sana, no tiene problemas en sus reflejos y actividades diarias, pero no quiero descartar nada y quiero tenerla en observación durante un par de días mientras salgan los resultados—.
—Comprendo… Ella olvidó todo, hasta su hermana pequeña—.
—Por desgracia eso parece, antes que perdiera el control y tengamos que sedarla, le preguntamos, nombre, edad, parientes, preguntas básicas, pero no recordaba nada, ni siquiera sabe que tiene una hermana pequeña—.
Separándose del doctor, después de hablar un poco más, Ikki entró en la habitación de Alisa, donde Tamara estaba tomándole la mano rezando a su lado.
Quedándose quieto, espero hasta que terminara y ve a Hada neko que debía presenciar todo.
-Nya, no sé si decir que es una desgracia disfrazada, para ti-.
-No quería que le pasara eso y lo sabes-.
-Lo siento, nya… Entonces qué piensas hacer, según tengo entendido después de la muerte de su hermana, el gobierno la dejó en un orfanato hasta que creció y se convirtió en una chica mágica-.
-¿Tu… que piensas?, deberíamos seguir la historia-.
-Ese plan quedó estropeado cuando Kaede tropezó con Alisa, si hubiéramos seguido tu plan de observar a distancia hasta que el evento ocurra, dejar a Tamara en el orfanato, engañarla con la muerte de Tamara con una ilusión y al revés, todo ese lío se hubiera evitado, nya-.
-¡Hada neko, explica qué mierda está pasando con Kaede-.
-Eso es sencillo y complicado de responder, nya-.
-Dilo de una pendejada vez-.
-... Digamos que ocurrió un caso inesperado-.
-Concreto-.
-Una Kaede está naciendo dentro de ti. Es lo único que puede explicar todo.
-Pero de qué barbaridades estás hablando, yo soy el único, yo decidí crear un cuerpo en base de las Kampfer-.
-Ya te respondiste, nya.
-¿Qué?-.
-Yo, tu eres Ikki un hombre reencarnado, te gustan los animales, las cosas dulces, pero que no empalague, las cosas asidas te encantan, eres diligente, una cabeza bien puesta entre esos hombros, responsable, no te gusta el desperdicio, el despilfarro, las cosas intermedias, tampoco te gusta pensar en otras cosas cuando estás enfocado en una sola. Por otra parte, Kaede, en las primeras transformaciones cuando estabas en Japón no se notaba o mejor dicho casi no te transformabas, pero aquí en Rusia desde que conociste a las hermanas Volkova, como permanecido como Kaede todo el día, hasta no ha vuelto a ser hombre en unos tres días. Ahora conocemos a una Kaede que le asusta los gatos, es despilfarradora, de lo que tiene de cerebro tienes de tetas, una mujer fiestera, le gustan las cosas empalagosas y hasta las cosas ácidas, no es para nada responsable y cuando quiere algo se comporta peor que un borracho, nya-.
Iluminándose, Ikki recuerda que las únicas ocasiones donde había usado a Kaede es el momento en que entraba a los clubes clandestinos para buscar el contrabandista para facilitar pasaportes en su viaje a Rusia, pero desde que llegó, ha estado más tiempo como Kaede que como Ikki y eso aumentaba cuando estaba cerca de las hermanas Volkova que en ocasiones se quedaban a dormir juntas.
-¿Se puede evitar?-.
-Ya sabes la respuesta, nya-.
—Disculpa Ikki, ¿estás bien?—.
—Eh—.
Sin saber en qué momento Tamara había dejado de rezar, se había acercado a Ikki y poniéndose en puntillas con su mano estirada y pañuelo le tocó la mejilla.
—Es que estás sudando y frunce el ceño… ¿Estás enojada con nosotras?—.
—Porque dices eso, no tendría por qué enojarme con ustedes—.
—Es que te estamos causando muchos problemas, hada neko no puede volar por la mentira y estás gastando dinero por nosotras—.
"Mentira—.
Susurrando esa palabra, un pensamiento se convirtió en una idea, haciendo que tomo a Tamara entre sus brazos la alzo, girandola, con carcajadas de un solo lado.
—Kyaaa, bájame, bájame Ikki—.
—Ajajajajaja, que buena idea Tami—.
—Nya, parece que se le acabó de ocurrir una idea al problema que lo agobia, bien por ti Ikki—.
—Necesito hacer unas llamas, chu, cuida de tu hermana ya regreso—.
Dejando sin palabras por el repentino beso en la mejilla de un chico, Ikki salió del cuarto corriendo que no evitó que las enfermeras lo regañaran.
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Ya en la noche, un ambiente incómodo rodeó la habitación de Alisa que había despertado y les habían explicado las enfermeras, para que entre primero, Tamara como su hermana pequeña y después Ikki haciéndose pasar por su novio.
—Lo siento, pero no recuerdo nada—.
—Está bien, hermana—.
Con alegría le tocó la mano a Alisa que no sabía qué sentir ante las personas desconocidas.
Cayendo la mirada en Ikki que se había mantenido callado, le preguntó.
—¿Eres mi novio?—.
—Lo fui, pero a tus ojos soy un desconocido, así que no creo que eso ayude mucho, así que…—.
Levantándose se acerca a Alisa que no sabía que estaba tratando de hacer, para ver una mano extendida por parte de Ikki.
—Ikki Sakurai, es un gusto conocerte, Alisa Volkova—.
—¡!... el gusto es mío Ikki… ¿Pero mi nombre no es Yulia?—.
—Eso se lo inventó Ikki cuando te registro, hermana, pero tu verdadero nombre es Alisa, bueno muchas cosas pasaron, pero es mejor no recordarlas. ¡Ah!, hay esta esa cara de no creerme—.
—¡! Eh, tan evidente—.
—Mira tenemos la misma marca de nacimiento, siempre me dijiste que era un recuerdo de nuestro padre y el mismo color de cabello que nuestra mami—.
Dándose vuelta mientras hablaba, Tamara se sacó la blusa quedando en un top celeste con estampado de conejos que cubría sus pechos inexistentes para dejar ver en su espalda un lunar, específicamente en su omóplato detrás del corazón.
—Ves, es el mismo lunar que tienes hermana—.
—No creo que esté en condiciones para ver su espalda, además no hay espejos—.
—...cierto—.
Desanimada al ver que su plan no funcionó, Alisa se ríe.
—Ehehehe, puede que no me acuerde, pero siento… aquí, que tienes razón—.
—¡! ¡Wuuuu, hermana!—.
