Cherreads

Chapter 42 - Capítulo 41

Damian saltaba por los techos, Jonathan volaba a su lado, aunque había insistido en cargarlo, Damian lo rechazó.

Finalmente llegaron a la casa de Jonathan y entraron por la ventana.

-Con cinco segundos de sobra, nada mal -Sonrió Lois y dejó el teléfono a un lado.

-Bien, ya entregué al bebé, me voy -Se dió la vuelta.

-Quedate -Lo detuvo de la capa.

-No -Se zafó.

-Por favor -Hizo ojitos de cachorro.

-No -Le dió la espalda.

-Hay licuado de chocolate...

-. . .

★★★

-TT, no sé cómo me convences de estás cosas... -Dijo Damian con pijama y tomando el licuado.

No era la primera vez que Damian se quedaba a dormir de imprevisto, por lo que había atinado a dejar una pijama en la casa de los Kent cansado de tomar prestada la de Jon.

-Porque te conozco bien, es mi trabajo como Super amigo -Sonrió alegremente Jon.

-TT, tu y tus estúpidos conceptos, todo te lo inventas

-No es cierto, la promesa kriptoniana es real

-Y no debe tomarse a juego -Clark llegó a la casa -.Hola, Damian

-Hola, señor Kent -Siguió tomando su licuado de chocolate. Clark y Damian tuvieron un pequeño duelo de miradas durante unos instantes antes de que Clark se centrara en el pequeño Alfa.

-Lamento no haber podido celebrar tu cumpleaños, compañero... -Clark acarició la cabeza de Jon {1 de mayo}

-No te preocupes, papá, sé que hay cosas importantes... -Lo primero lo dijo decaído y pero luego miró a Damian y sonrió -.Pero pasé todo el día con Damian, eso lo compensa

-No me metas, Superlloron

-Entiendo... -Dijo Clark dedicándole una última mirada a Damian.

-Bueno, feliz cumpleaños Jon -Su madre llegó con una caja de regalo que Jon abrió con emoción en la sala, Damian le dió un último trago a su vaso y fue a observar.

Era una nueva capa, pues la suya ya estaba desgastada, Jon se la puso de inmediato y sonrió alegremente.

Clark miró a Damian quien estaba recargado del borde de la entrada a la sala.

«¿Y tu que traes?» Parecía que le preguntaba.

«Mi presencia es suficiente» Damian se cruzó de brazos.

-¡Mira Dami! -Jonathan derribó a Damian como ya se le había hecho costumbre.

Clark sonrió, estaba de acuerdo con la expresión de Damian, a Jonathan le bastaba su presencia.

-TT, bien, ya no tienes una capa de un niño de tres años... -Jonathan sonrió ante su comentario -.Ahora tienes una de un niño de cuatro años

-¡Oye! -Jon se cruzó de brazos y Damian soltó una carcajada

-Muy bien, creo que ya es hora de dormir

-¿Una hora más por ser mi cumpleaños?

-Cállate, obedece a tu mamá o dejaras de crecer

-¡Oye!

-Eso es cierto -Apoyó Clark.

★★★

Después de unos ligeros estira y afloja los niños se fueron a la habitación de Jon, el pequeño kriptoniano apenas había cerrado los ojos cuando Damian lo sacudió.

-¿Dami? -Jon se incorporó y vió un pequeño pastelito con una vela frente a él.

-Sopla o lo que sea... -Le tendió el pastel -.No esperes que cante

-Oh, déjame pedir un deseo -Cerró los ojos unos momentos antes de soplar la vela.

-¿Qué pediste?

-No puedo decirlo o no se hará realidad -Sonrió y partió el pastelito a la mitad para darle a Damian, este lo aceptó y se sentó a su lado para comerlo.

-TT, que infantil... Oh, una cosa más... -Sacó una caja debajo de la cama y se la entregó.

-¿Guardas cosas debajo de mi cama?

-Tal vez... -Sonrió landinamente, Jonathan supo que jamás volvería a mirar debajo de su cama.

Jon abrió la caja y soltó un ligero grito de felicidad, rápidamente se lo probó mientras gritaba al cielo, esto despertó a sus padres quienes entraron de sopetón a la habitación para ver a Jonathan probándose varias camisetas.

-Jonathan, son la misma, no tienes que probarte tod- Damian fue derribado.

-Mira, Dami, si me queda -Sonrió alegremente.

Damian suspiró al mismo tiempo que los padres de Jon mientras lo miraban tan alegre.

-TT... -Lo abrazó aferrándose a él -.Feliz cumpleaños, idiota...

-Gracias, Dami -El pequeño también lo abrazó con fuerza.

Ambos se aferraron el uno al otro, como si le gritaran al destino que no los separara. Los padres sonrieron y después de calmar al pequeño Jon, se fueron a dormir.

Oh, si el destino escuchara...

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