CAPÍTULO 1 — LOGAN JAMES BLACK
Las nubes grises cubrían Forks, anunciando la lluvia que pronto caería. Pero hoy, la humedad y el frío se sentían distintos: había un peso en el aire, como si algo estuviera a punto de cambiar.
Logan Black caminaba con pasos pesados. Su expresión lo decía todo. Hoy no era su día.
Era un joven de 17 años, alto, 1,80, con un físico atlético y un toque de fuerza en cada movimiento. Llevaba el cabello corto, oscuro, y sobre el hombro derecho un tatuaje totémico de un oso pardo, un recuerdo de algo que nunca pidió, pero que ahora era parte de él.
—¿Por qué, tío Billy? —exclamó, golpeando la mesa con frustración—. ¡Esto no tiene sentido!
Billy Black lo miró con cansancio, dejando escapar un suspiro largo y amargo.
—Lo sé, Logan… —su voz era grave, sincera—. Son las reglas de la manada. Ya no perteneces aquí. Desde que despertaste tu gen, te convertiste en algo que no sabemos entender… algo que no es un lobo. No puedes quedarte.
Logan apretó los puños, los mandíbulas tensas.
—¿Solo porque soy diferente? —susurró—. Nací aquí. Mis padres murieron y la tribu me crió. Esto es mi hogar. No pueden darme la espalda.
Billy bajó la mirada. Parecía cargar años encima.
—A nadie le gusta esto. Te queremos, Logan… pero eres algo que no comprendemos. Ni los espíritus han dicho qué eres exactamente.
—No soy un enemigo —respondió Logan en voz baja—. No quiero dañar a nadie.
—Lo sé —admitió Billy—. Pero no podemos arriesgarnos.
Aquello fue peor que un golpe.
—Adiós, Logan —finalizó Billy, apagado—. Si necesitas algo… puedes venir a verme. Siempre serás familia.
Logan no respondió. Salió y cerró la puerta de golpe.
La lluvia comenzó a caer, fina y fría. Caminó sin mirar atrás. Lo habían apartado por miedo… por ser distinto.
Cada gota le recordaba lo que perdió hacía años: sus padres, su hogar, su lugar en el mundo.
—Bien… primer paso, buscar dónde vivir —murmuró.
Pasó horas recorriendo el pueblo hasta que encontró un pequeño departamento barato. Billy y algunos miembros de la tribu insistieron en ayudar con el alquiler; un gesto que lo alivió, aunque no borraba el nudo en su estómago.
—Un gasto menos —suspiró.
—Segundo paso… la escuela. —Se frotó la sien—. Genial, esto será un infierno.
Desempacó sin prisa, examinando cada rincón del pequeño espacio.
—Por lo menos tiene baño —dijo, intentando aligerarse—. Podría ser peor.
Se dejó caer en la cama, apagó la luz y dejó que el silencio lo envolviera.
—¿Qué voy a hacer ahora? —murmuró—. Soy distinto… y esto apenas comienza.
Todo había comenzado cuando tenía 14 años. Despertó el gen que las leyendas quileute mencionaban…
pero no se transformó en lobo.
Su primera transformación fue un oso pardo gigantesco, un espíritu animal que no pertenecía a la historia de su tribu. Era más grande, más fuerte… más solitario. Y la manada, pese a intentarlo, nunca pudo integrarlo. No compartía telepatía, ni vínculo, ni su forma.
Era un elemento desconocido. Un riesgo.
Así terminó fuera.
—
Días después
El Instituto Forks se alzaba frente a él, rodeado de adolescentes que parecían soportar la vida como si fuera una rutina interminable.
Logan respiró hondo.
Mientras caminaba a la entrada, vio a una chica bajando de una camioneta roja destartalada. Algo en ella le resultaba extrañamente familiar.
Al llegar a la oficina del director, se encontró justo con ella. Se quedaron mirándose unos segundos hasta que fue ella quien habló.
—¿Hola? —preguntó, moviendo los dedos con nerviosismo—. ¿Nos conocemos?
—Creo que sí —respondió Logan, ofreciendo su mano—. Soy Logan Black.
Los ojos de la chica se iluminaron.
—¡Lo sabía! Soy Bella Swan. Eres primo de Jacob, ¿recuerdas? Jugábamos de pequeños… hace mucho.
Una sonrisa sorprendida cruzó la cara de Logan.
—¡Bella! Hace años que no te veía. Y sí, también soy nuevo. ¿Quieres que busquemos nuestra clase juntos?
—Por supuesto —respondió ella con una sonrisa tímida—. Guía el camino, Jimmy.
Logan soltó un suspiro.
—Por favor… hace AÑOS que nadie usa mi segundo nombre.
Bella solo rió suavemente.
Por primera vez en días, la lluvia no se sintió tan fría.
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Gimnasio —
El gimnasio estaba dividido entre baloncesto y voleibol. Logan observaba desde la tribuna, viendo cómo Bella intentaba sobrevivir a la clase.
El balón de vóley voló directo hacia ella. Bella levantó los brazos para protegerse y terminó lanzándolo fuera de la cancha. La pelota golpeó a un jugador de baloncesto.
Logan se llevó la mano a la boca para contener la risa.
El rubio que recibió el golpe se quejó:
—¡Ay!
Bella corrió hacia él, roja de vergüenza.
—Lo siento tanto… soy pésima en esto.
El chico sonrió, restándole importancia.
—No pasa nada. ¿Eres Isabella Swan?
—Solo Bella —corrigió.
Logan se acercó para ayudarla.
—No te preocupes por ella —dijo—. Siempre ha sido torpe.
Bella le lanzó una mirada asesina.
—¡Basta, Jimmy!
El rubio rió y extendió la mano hacia Logan.
—Soy Mike. Mike Newton.
Logan estrechó su mano… y Mike puso cara de dolor.
—Wow, qué apretón. ¿Siempre saludas así?
—Lo siento —respondió Logan, algo avergonzado—. Empecé a levantar pesas y aún no controlo bien la fuerza.
Mike sonrió.
—Todo bien, hombre. Bienvenido.
Bella aprovechó para vengarse.
—Puedes llamarlo Jimmy —dijo con inocente maldad.
Mike se rió.
—¿Jimmy? Eso te quita un poco de lo intimidante.
—Supongo —respondió Logan riéndose también.
Jessica Stanley apareció enseguida, metiéndose entre Mike y Bella con naturalidad, casi como si quisiera asegurarse de que Mike no prestara demasiada atención.
—Hola —dijo con una sonrisa aguda—. Soy Jessica. Mike habla mucho, ¿verdad?
Luego se volvió hacia Bella.
—¿Eres de Arizona? Creí que todos allá estaban más… bronceados.
Bella soltó una risa incómoda.
—Sí, creo que por eso me echaron.
Jessica rió y, satisfecha, arrastró a Mike de vuelta al grupo.
Logan murmuró:
—Bella… ¿me acaba de ignorar a propósito?
—Creo que no eres tan guapo como crees —respondió ella con una sonrisa burlona.
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Cafetería
Logan y Bella se sentaron con Mike, Jessica y un chico con cabello oscuro que se acercó con energía.
—¡Bella! —saludó—. Y tú debes ser el nuevo… Eric Yorkie.
Le ofreció la mano a Logan. Esta vez, Logan controló su fuerza.
—Logan Black. Pero antes de que Bella se burle de mí, puedes decirme Jimmy.
Eric soltó una carcajada.
—Oh, eso ayuda. Pensé que eras demasiado intimidante para hablarte.
—Eso dije yo —añadió Mike, riendo.
Bella rodó los ojos, pero sonreía.
Por primera vez en mucho tiempo, Logan sintió algo parecido a alivio.
Quizás… solo quizás… aquí podía encajar.
Un nuevo comienzo.
Hola a todos, soy nuevo en esto, siempre que escribo sobre esto veo películas o vídeos para ver qué nada se me pase, pero aun así sucede, no soy bueno escribiendo, solo lo hago por diversión y cada vez que tengo tiempo.
¿Me gustaría que me digan que le pareció este capítulo?
¡¡Gracias !!