Cherreads

Chapter 6 - Emergencia

Observó lo que hizo con la mirada fría los cuerpos, sin vida y carros volcados en llamas.

Kaede miró la casa que hace rato había dejado de escucharse ruido alguno.

—¡Rápido Kaede!—.

Suspirando de alivio al ver a Hada Neko, corrió a la casa de las hermanas Volkova.

Entrando en lo que antes era un cálido hogar con su chimenea siempre encendida, brindando calor para alejar el frío, pero eso ya no era posible, todo estaba roto, cuadros, platos, mesas, sillas, sangre en paredes y pisos, sólo Dios sabía lo que había sucedido en pocos minutos a las hermanas Volkova.

Tiradas en el piso, una estaba cubierta de sangre ya sin moverse, mientras la otra magullada, sangre recorriendo sus labios pero aún respiraba.

—¿Muerta?—.

Asustándola por lo fría que sonaba su propia voz, se acercó a Alisa, desfigurada de tanto golpe en el rostro ensangrentado, notando que no respiraba.

—Aún no, gracias a mi asistencia puedo mantener su corazón funcionando levemente, pero eso no bastará para salvarla—.

—¿Qué podemos hacer?—.

—Dame tu sangre nya, tienes una fuerte regeneración, pero aún no sabes cómo compartirla, así que usaremos tu sangre y yo me encargaré de lo demás—.

—¿Cuánto necesitas?—.

—6 Litros, Nya… Pero con tu alta regeneración, compensará la pérdida, aunque eso no evitará los efectos secundarios—.

Cortando profundamente la muñeca con su 'labrys' hacha de doble filo, la cual había decapitado a un hombre hace poco.

Hada neko sin chistar comenzó a chupar la sangre que brotaba de kaede que ya podía verse; sudorosa, mareada, la piel clara ahora estaba más pálida de costumbre, los dientes castañeaban y apenas podía apoyarse.

—aha, aha, aha, ¿cómo va?...—.

—Esto será suficiente para compensar la sangre que perdió y regenerar varios órganos dañados por los golpes, así como los huesos de las costillas que se le habían enterrado en los pulmones y otros órganos, Nya…—.

—aha, aha… habla… no te quedes callado—.

—Nya… Al parecer Alisa tiene tres meses de gestación, pero con los golpes que recibió, el feto ha muerto, no se pudo salvar—.

—... Entiendo… ¿Tamara?—.

—A ella no le pasó nada, además de unos cuantos golpes, nada serio, solo está inconsciente, nya. Kaede, es mejor que nos fuéramos, estamos corriendo peligro, no importa lo fuerte que seas, no puedes proteger a las dos, aquí es su territorio, es momento de volver a Japón—.

Entendiendo lo que decía Hada neko, no solo estaba hablando de la mafia Clavasquin, si no del propio gobierno de Rusia. Que al ver la fuerza y poderes de Kaede, ningún país se quedaría con los brazos cruzados, viendo la oportunidad de encontrar el soldado perfecto.

—Tenemos suerte que este lugar no tenga cámaras de seguridad y no haya dispositivos que localicen la energía mágica, nya—.

Asintiendo, Kaede se des transforma apareciendo un Ikki no mucho mejor que Kaede.

—Vámonos, borra mis huellas, por lo menos los retrasaremos una par de horas o días—.

—Okay… ¿Qué harás con ellas dos?—.

—Lo primero es encontrar a un doctor para que le remueva el feto de Alisa, en cuanto a Tamara… veremos, no podemos dejarla ya sabiendo que es hermana de Alisa.

Tomando entre sus brazos a Alisa inconsciente, su cara aún se encontraba hinchada y morada, pero aún respiraba haciendo que respire aliviado. A punto de pararse para irse con Alisa, Ikki sintió peligro detrás de él, pero débil ante la masiva pérdida de sangre, su cuerpo no lo escuchó.

—¡¡Quita las manos de mi hermana!!—.

¡Crack!.

—¡Ikki!—.

Sintiendo la aguja punzada que lo dejó sin aire para respirar, sin fuerza para levantarse por el ataque a la espalda, quedó de rodillas.

—¡Déjalo nya!—.

—¡Kyaaa!—.

No sabiendo lo que pasaba, vómito sangre en la ropa hecha trapo de Alisa que se combinaba con la propia sangre de ella.

Hada neko que había empujado a Tamara, mira con preocupación el vidrio aún clavado en la espalda de Ikki.

—Aguanta, nya—.

Dijo para sacar el pedazo de vidrio y ver como poca sangre manchaba la espalda de Ikki.

—¿Sigues consciente, nya?—.

—... De… algún modo—.

Apenas escuchándoselo, miro a Tamara que se había levantado agarrando un palo de una silla.

—... No me reconoces Tamara—.

Tamara que ni siquiera había escuchado las palabras de Ikki, mirando con desconfianza a hada neko que estaba vigilándola, Tamara le lanzó el palo a Hada neko que lo esquivó y salió corriendo, saltando la mesa volteada y vio el rostro morado he hinchado de Alisa, al igual el de Ikki.

—¡!... ¿Ikki?—.

—Hasta… que me reconoces… pequeña mocosa—.

Dijo con una sonrisa forzada, pálida y con sangre aún en sus labios.

—yo, yo, yo…—.

—¡Dejen de perder tiempo, nya! ¡Tenemos que salir de aquí antes que esos tiempos sospechen y manden más!—.

—Tch—.

Frustrado ante lo pesado que sentía el cuerpo y el pitido en el oído que no lo dejaba oír, su mirada media borrosa, miro a Tamara que temblaba mirándose las manos llenas de su propia sangre al cortarse y la de Ikki.

—Tenemos que escondernos… Hada neko trae el auto… ven… tenemos que llevar a una clínica para que curen a Alisa—.

—¡!.... ¡¡Wuaaaaaaa!! ¡Hermana, hermana!...—.

Molesto por el llanto desgarrador de Tamara que lo irritaba en su condición debilitada, decidió quedarse callado, reunió esa frustración, enojo y levantó entre sus brazos a Alisa.

—¡!... puto cuerpo, ya vas siendo que me escuches—.

Susurro al sentir como sus extremidades pesaban toneladas junto a una punzada aguda en su espalda que le cortaba la respiración, como si estuviera bajo el agua.

—... vamos—.

No teniendo tiempo para consolar ni preocuparse de Tamara, salió de la casa sin echar una vista al cuerpo en media puerta, pero que Tamara chillo de miedo, saliendo con miedo detrás de Ikki.

Escuchando el rugir del motor, Ikki por su conexión con Hada neko, se dio cuenta de que era él.

¡Chirrido!

—¡Entren, nya!—.

Acomodando de alguna forma y sentado a Tamara a los pies de Alisa, Ikki se sentó como copiloto, ya que no tenía la capacidad de conducir.

—No, sabía que supieras conducir—.

—Es muy fácil una vez que te das cuenta del truco. Es lo que quiero decir, pero la verdad es que estoy controlando con magia, y he puesto una ilusión en el vehículo a como es, así las cámaras no nos rastrearán—.

—... Nunca lo he preguntado, pero ¿cuánto tiempo puedes mantener una ilusión?—.

—Nya, mucho tiempo, claro que si me pides que cree una ciudad, podré hacerlo, pero solo durante unos 15 minutos sería posible… Se te ocurrió alguna idea para salir de esta situación—.

—Si…—.

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