-¿Entonces tú hermano gusta del mío?
-Seh -Damian y Jonathan patrullaban las calles de gótica cómo les era costumbre.
Aunque ambos ahora eran Titanes, su tiempo de patrulla era casi sagrada, por lo que acomodaban todo para salir a patrullar.
-... Se lo regalo
Damian soltó una carcajada y negó con la cabeza antes de mirar a Jonathan y acercarse un paso a él.
-Creo que te estoy influenciando demasiado, Superbebé -Acarició su cabeza con burla, como si de un niño pequeño se tratase.
Sin embargo algo en su mente lo llevó a alejarse, tal como la maldición exigía.
°-Esa luz no es para ti, mi niño...°
-¿Robin? -Jonathan notó lo extraño en la actitud del mayor.
-Yo...
°-¿Mancharas esa luz con tus manos?°
-Ya tengo que irme -Dicho esto se alejó del menor.
Damian saltó de dónde estaba y se columpió hasta donde tenía escondida su moto, sin embargo, antes de que pudiera siquiera dar un paso hacia ella, fue derribado.
-¡Superboy! -Intentó sacárselo de encima.
-¿Por qué siempre te alejas? -Dijo apretando más su agarre.
-Superboy quítate de encima -Damian se estaba cuestionando en usar la kriptonita para asustarlo un poco.
-¡Habla conmigo en vez de alejarme! -Damian se quedó quieto en cuanto miró las lágrimas de su amigo.
-Superboy...
-Intento entenderte, Robin, te juro que lo hago, pero no puedo entender si me alejas... -Finalmente se quitó de encima y se sentó a un lado.
Robin dudó un momento antes de suspirar y abrazar a su amigo, Jon correspondió a su abrazo aferrándose a él.
-... Tengo miedo -Confesó por lo bajo.
-¿De qué?... -Jon miró a Robin a los ojos.
-... De corromper a las personas que me rodean -Miró a otro lado -.Mis manos están manchadas de sangre y he aprendido a vivir con eso... ¿Pero y si esa sangre mancha a los demás?...
-Oh... Robin -Apretó aún más el abrazo buscando darle consuelo -.No debes preocuparte por eso... No creo que tus hermanos sean fáciles de influenciar
-Ya te influencie a ti... -Susurró. Jon apartó a Damian para mirarlo a la cara.
-¿Estás preocupado por mi?
-TT, ¡Claro que no!
-Aww Dami– Jon abrazó más a Damian, más por burla que otra cosa.
-¡Nombres! -Forcejeó para liberarse del agarre.
Jonathan soltó una carcajada y sonrió, esa maldita sonrisa brillante, Robin lentamente dejó de forcejear y lo miró, aún era un niño, aún era ese dulce niño que era capaz de llorar al ver qué un pájaro se cayó de un nido.
Su oscuridad no había llegado a él, no estaba corrompido, no estaba manchado por la misma sangre que él. Y jamás dejaría que esa sangre lo tocara, por eso, tenía que cambiar.
-Eres un idiota, Superbebé
-Y tu mejor amigo
-Un bebé llorón
-Y tu compañero
-Y un niño estúpido
-Y soy más alto que tú
-¡Idiota! -Le soltó un sape provocando que el pequeño soltara una carcajada.
★★★
-Dick, es lo único que te pido
-¿Cómo mierda pides que guarde este secreto? -Dejó caer los papeles que tenía en manos, la única prueba de que "eso" existió.
-Dick, escúchame
-No, no, no y ¡No!, Esto que hiciste podría destruir—
-Solo me destruirá a mí... Dick... Por favor
Dick dió una última mirada a los papeles, ¿Cómo no se dió cuenta? Negó con la cabeza, sacó un encendedor, puso la punta del papel sobre la flama hasta que empezó a arder y luego lo tiro al bote de basura para dejarlo consumirse.
-¿Sabes lo que haces? -Preguntó finalmente Dick.
-No...
-... Yo tampoco -Dick le dió la espalda y se fue.
Superman se quedó un momento más mirando los papeles arder, fue un error conservar eso, pero quería quedarse con algo de lo que no pudo proteger.
-Lo siento... -Susurró al aire como tantas veces.
Pero su destino lo escuchó.
★★★
Red Robin estaba terminando de atar a los maleantes con los que barrió el piso y dejó una nota a la policía.
-Vaya, parece que me perdí de la diversión... -Dijo bajando pero quedándose unos centímetros del suelo.
-Reitero, para tener-... ¿Que te pasa? -Se giró para mirar a su Kent, notó algo extraño en su voz.
-¿Podemos hablar más privadamente?
-Claro... -Subieron a un tejado, Tim se sentó, esperaba a que Conner hiciera lo mismo, pero no -.¿Superboy?
-Yo... Ya no quiero patrullar... Contigo -El corazón de Tim se hundió
-¿Hice algo mal? -Preguntó con voz temblorosa.
-No, solo... Soy yo...
-Conner... -Se levantó y lo sostuvo del brazo.
-Lo siento... Tim -Conner se zafó de su agarre y se fue, dejando solo a Tim.
«¿Se dió cuenta?» Tim empezó a sollozar.
«Soy. Un. Completo. Idiota»
