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Chapter 77 - Capítulo 75. Fin de parte II

Hoy era el último día de Damian en Gotham, el último día que vería a sus hermanos, el último día que pasaría con su mejor amigo, Jonathan.

Nunca pudo comunicarle que se iba, por más que trató, las palabras se atascaron en su garganta y nunca salieron.

Damian empacaba sus cosas, lo esencial, estaba cerrando la maleta cuando vió algo en su cama, el peluche de Superboy, dudó un momento pero finalmente lo metió en la maleta.

-El helicóptero sale a media noche... -Dijo Bruce desde la puerta. Damian asintió en silencio.

Desde hace días que tenía un nudo en el pecho, algo que no desaparecía por más que lo intentaba.

Bruce caminó hacia su hijo, este se giró para verlo, entonces el murciélago lo abrazó, Damian tardó un poco pero finalmente lo abrazó.

-Sí no quieres irte... No te vayas -Susurró Bruce.

-Tengo que hacerlo...

-¿Le dijiste a Jonathan? -Preguntó separándose del abrazo. Damian bajó la mirada.

-No pude... No puedo... No puedo mirarlo a los ojos y decirle que lo estoy abandonando

-Lo entiendo, si no mal recuerdo ambos la pasaban muy mal cuando los separabamos

-Sus castigos se pasaban de la raya -Murmuró cerrando la maleta.

-Sí, tal vez... Todavía tienes oportunidad de comunicarselo

-Lo sé... Pero no es tan simple... -Damian miró a otro lado.

-Pasaras parte de la noche con él, intenta decirlo ahí... Al menos lo dejes sin explicación

Damian asintió, no supo cuando las lágrimas invadieron sus mejillas. Se las limpió rápidamente y recuperó su postura firme.

-Intentaré...

★★★

Jonathan estaba en su habitación, preparaba todo para la llegada de Damian.

Hacia mucho que no hacían una pijamada, claro, se quedaban a dormir en la casa el uno del otro, pero era solo eso, dormir. Esta era la primera vez en mucho tiempo que harían una pijamada en todas las letras.

Escuchó los latidos de Damian en la puerta de la casa y salió disparado a abrir.

-¡Dami! -Lo abrazó. Damian bufó pero lo abrazó igualmente, quedándose un momento más antes de separarse -.Te va a encantar lo que hice -El kriptoniano empezó a volar por todas partes, haciendo que Lois entrara a la sala -.Vamos a ver una película, vamos a jugar unos juegos de mesa y-

-¡Jonathan! -Intentó llamarle la atención, sin embargo, Superboy seguía volando por todas partes, Damian negó con la cabeza y alzó una mano señalando al suelo.

-Quieto -Superboy se detuvo sentándose frente a dónde había señalado. Lois quedó boquiabierta.

Damian sonrió entre divertido y burlón, y se agachó para acariciar su cabeza.

-Muy bien... Veamos que tienes preparado, Superbebé -Jon sonrió ampliamente antes de llevarlo a la habitación.

★★★

La tarde transcurrió entre risas y bromas, sin embargo, las ligeras miradas esquivas, silencios y palabras atoradas en la garganta de Damian no pasaron desapercibidas para Lois.

Damian salió de la habitación para tomar un vaso de agua, el cual bebió con lentitud. Lo sé recargó de la pared y lo miró fijamente, con una mirada piadosa e inquisitiva.

-¿Tengo algo en la cara? -Preguntó Damian sin rudeza, girandose para verla.

-Te vas a ir -No preguntó, aseguró.

Damian se quedó en silencio, aferrándose al vaso, como si eso pudiera salvar de la verdad.

-¿Jonathan-

-No -Respondió antes de que ella pudiera terminar la pregunta, dejó el vaso a un lado -.No puedo decirlo...

-Me lo acabas de decir a mí

-Usted lo descubrió y es diferente... Jonathan es diferente... -Lois asintió y puso una mano en su hombro.

-¿Ya intentaste?

-Sí... Pero no puedo... Simplemente no puedo... -Jonathan salió de su habitación para ver qué por qué Damian tardaba tanto.

-¿Todo bien? -Dijo al ver la escena.

-Sí, tu madre me estaba contando que tiene una de mis viejas pijamas por ahí guardadas

-Ah, sí, la tengo yo, ¿La quieres? -Sonrió el pequeño.

-¿Por qué carajos tienes una de mis pijamas? -Dijo mientras volvía a la habitación con Jonathan.

Lois observó la puerta cerrada, y lo notó, el dolor, la angustia, aunque ni él mismo lo notara, aunque su propio hijo no lo notara.

Finalmente descubrió el secreto que su propio esposo le había guardado, al igual que antes. Un secreto que ella misma juraría guardar hasta que fuera el momento adecuado.

★★★

Finalmente el sueño los alcanzó, Jonathan se acostó con Damian seguido de él, Jon envolvió al moreno en un abrazo y este no se resistió. Se acurrucó más.

Platicaron entre susurros, soltando una que otra risa baja, hasta que Jonathan finalmente se durmió, Damian se quedó despierto, no podía dormir, el nudo en su pecho y garganta apenas lo dejaba respirar.

Miró a su amigo dormido y por un momento se permitió repasar todas las aventuras que habían vivido juntos desde pequeños.

Claro, al principio no se llevaban muy bien, pero les tomó solo un par de semanas volverse amigos casi inseparables.

Ese casi era lo que perturbaba a Damian, habían hecho tantas promesas, algunas las rompieron para cumplir otras.

La única promesa que nunca habían roto se estaba requebrajando frente a ellos, sin poder hacer nada.

Damian dejó salir unas lágrimas mientras controlaba sus latidos para no despertar a Jon.

Aún así, este abrió los ojos y acarició su cabello, mirándolo con cierta preocupación.

-¿Que pasa Dami? ¿Otra pesadilla? ¿No te gustó la pijamada?

-No es eso... Solo... Me dió nostalgia... -Jon sonrió y le secó las lágrimas.

-No te preocupes, haremos muchas más pijamadas para compensarlo

Damian lo supo entonces, este era el momento de confesar que se iría y que no sabía cuándo volvería. Pero una vez más, solo se calló.

-Eso me gustaría... Pero la próxima la preparo yo -Jonathan rió bajito y asintió.

-Vuelve a dormir... Superbebé

-Buenas noches... Dami... -Cerró los ojos. Damian se permitió acariciar el cabello del kriptoniano.

-Buenas noches... BabyJon...

-Te gusta mucho mi cabello -Murmuró, las caricias de Damian lo estaban adormilando cada vez más.

-... Me encanta -Le respondió cuando notó que el menor había caído en un sueño profundo.

Se quedó ahí, ocasionalmente mirando el reloj, pero sin dejar de acariciar el cabello de Jon. Finalmente el reloj marcó una hora que para Damian fue tortuosa.

Con cuidado de no despertar a Jon, salió de las cobijas y se cambió a una ropa más cómoda, guardando su pijama en uno de los cajones de Jon, dejándola exactamente como la había tomado.

Abrió la ventana, miró la luna unos instantes, luego hacia atrás, observó a Jonathan un momento antes de irse y cerrar la ventana con cuidado.

No pasó mucho antes de que Jonathan abriera los ojos y notara la ausencia de Damian en la cama, no solo eso, no podía escuchar sus latidos cerca. Esto hizo que prácticamente saltara de la cama.

-Dami... -Miró a la ventana.

-Me preguntaba cuánto tardarías en notarlo -Dijo su madre que estaba recargada del marco de la puerta. Jonathan la miró.

-¿Mamá?... ¿Y Dami?

-Se va a ir, Jonathan... Y por lo que sé... Ni siquiera sabe cuándo regresará

-¿Qué? -Se levantó y se puso zapatos rápidamente -.No, Dami no me abandonaría, ¿Verdad? -Pero, el temblor en sus manos delató lo poco que creía en sus propias palabras.

-Se fue hace cinco minutos... Tal vez aún puedas alcanzarlo y preguntarle tú mismo

Jon no perdió tiempo y buscó sus latidos para encontrarlo, cuando lo hizo, Damian ya estaba por subir al helicóptero.

-¡DAMIAN! -Gritó sin poder contenerse. El moreno se detuvo y lo miró.

-Jonathan... -El kriptoniano aterrizó en la azotea, apenas conteniendo las lágrimas.

-¿Es cierto?... ¿Te vas?... -Damian apartó la mirada.

-Sí...

-¿Por qué no me dijiste?

-Lo intenté... Muchas veces pero... -El nudo en su pecho empeoró -.Simplemente no podía

-Prometiste que no me dejarías -Dijo con lágrimas en los ojos.

-Hay promesas que no se pueden cumplir... -Dejó salir una lágrima que se secó rápidamente.

-Damian... Por favor... -Soltó un sollozo -.No me abandones

Damian apretó los puños, tomó impulso y abrazó a Jonathan, aferrándose a él, Jon se aferró igualmente, negándose a perder a su amigo.

-Volveré... -Dijo por fin dejando que las lágrimas salieran.

-Júramelo -pidió Jon.

-Haré algo mejor... Te hago una promesa kriptoniana -Jonathan soltó una ligera risa entre lágrimas.

Ambos se aferraron como si en verdad se necesitaran, se dejaron caer de rodillas al suelo, sin soltarse. Finalmente, Damian se obligó a apartarse, tomándolo de los hombros para apartarlo, luego se subió al helicóptero.

Jon miró el helicóptero despegando sintiéndose vacío, se levantó flotando unos centímetros sobre el suelo, empezándose a elevar, su padre llegó y lo detuvo del brazo, sabiendo que si lo soltaba, él lo seguiría.

Jonathan poco a poco dejó de flotar y aterrizó en la fría azotea, dejándose caer de rodillas y llorando como nunca lo había hecho.

Damian abrazó sus piernas y aferrado al peluche de Superboy dejó salir todo lo que venía guardando en el nudo en su pecho.

Ese fue el día en que Damian se fue.

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