Las explosiones retumbaron como si la tierra misma hubiera decidido partirse.Varios edificios colapsaron de inmediato, otros ardían en llamas. Gente corriendo, gente llorando, otros simplemente paralizados.
Entre los escombros quedó un cuerpo partido en varias partes.Erian.
Un cazador murmuró:
—¿Está… muerto?
Pero los pedazos comenzaron a temblar.A moverse.A juntarse como si estuvieran imantados.Las venas se reconectaron, la piel se cerró.Y Erian abrió los ojos.
—Qué molestia —dijo estirando los brazos—. Detonar bombas duele más de lo que parece.
Nadie podía creerlo.
—¿E-eso… es humano? —susurró alguien.
El suelo vibró.Una grieta se abrió atravesando toda la plaza.De la grieta salieron aberraciones como si hubieran estado esperando una señal.Tres, cinco, ocho… decenas.
Sus rugidos se mezclaban con los gritos de la gente.
Cazadores corrieron a enfrentarlas.
—¡A posiciones! ¡Cubran a los civiles! —gritaba un capitán.
Kael, Lira, Doran y Rhett observaban sin poder moverse.
—¿Qué… hacemos? —Lira temblaba.
—Esto es demasiado… —dijo Rhett tragando saliva.
Nadie tenía tiempo para reaccionar porque, mientras tanto, en otra parte de la capital…
Entre el caos, dos personas —los chicos poseídos por sombras— comenzaron a caminar entre el tumulto con pasos rígidos, antinaturales, exactamente hacia las hijas del presidente, Lyria y Nara.
—Papá dijo que no nos movié—Antes de terminar, una mano fría les tapó la boca.
—Ven… conmigo… —susurraron las sombras desde las gargantas de los chicos.
—¡HEY! ¡SUÉLTENLAS! —rugió Arden Krowell, apareciendo como un rayo.
Desenvainó su espada y atravesó al primer poseído.Rheon, su compañero, levantó el arma y disparó al segundo en la cabeza.
Las chicas fueron liberadas. Arden las cubrió con su cuerpo.
—Tranquilas. Ya están a salvo.
Pero entonces, entre el humo, una figura se acercó lentamente.
Erian.
Regenerado por completo.
Rheon tembló al verlo.
—P-pero si explotaste… yo vi… ¡te vi morir!
Erian sonrió.
—Morir está sobrevalorado.
Rheon disparó directo a la frente.
La bala entró.Salió.La herida se cerró.
Rheon bajó el arma, aterrado.
—¿Q-qué eres?
—Alguien que ya no tiene limitaciones —respondió Erian.
Sin aviso, le clavó un cuchillo en el corazón. Rheon cayó al suelo con los ojos abiertos, sin vida.
—¡Rheon! —gritó Arden.
Erian le dio un manotazo a Arden que lo mandó a rodar por las piedras.
Las chicas lloraban.
—Escúchenme —dijo Erian, acercándose a ellas con calma—. Si quieren vivir, síganme. Si no… bueno, morirán rápido.
Arden, desde el suelo, temblando, sangrando, apretó los dientes.
—No… no te las vas a llevar… —susurró levantándose.
—¿Otra vez tú? Deberías quedarte en el suelo.
Arden rugió y se lanzó con toda su fuerza.Erian no se movió, confiado.
Arden reunió toda la determinación en un solo golpe y—
¡ZAS!
Decapitó a Erian.
La cabeza rebotó en las escaleras.El cuerpo cayó.
Las chicas se cubrieron la boca.
Arden respiró agitado.
—Lo… lo logré…
Pero el cuerpo empezó a levantarse.
Y la cabeza a arrastrarse hacia él.
—No… no… NO —susurró Arden retrocediendo.
La cabeza se pegó al cuello otra vez.Erian parpadeó.
—Ay… eso sí me dolió.No lo vuelvas a intentar.
Arden tembló.Pero dio un paso hacia adelante.
—No permitiré que… que te las lleves…
—Tú no me das órdenes —respondió Erian, clavando un puñetazo que lo lanzó contra un muro.
El resto fue una masacre lenta. Arden luchó con rabia y coraje, pero Erian lo superó.Al final, Arden cayó arrodillado, respirando con dificultad.
Un portal negro se abrió.
—Gracias por hacerme entretener —sonrió Erian—. Pero ellas vienen conmigo.
Tomó a Lyria y Nara.Las niñas suplicaban.
—¡Ayuda! ¡Por favor!
—¡NADAAAAA! —gritó Arden arrastrándose.
El portal se cerró.Arden golpeó el suelo hasta romperse las uñas, gritando en desesperación.
Mientras tanto, Kael y su grupo estaban paralizados ante el caos.Humo, fuego, cuerpos, aberraciones por todas partes.
—No puedo… —Kael llevaba las manos a la cabeza— No puedo con esto…
—¡KAEL! —gritó Doran— ¡Reacciona, carajo!
Kael respiraba rápido, como si se ahogara.
Entonces un cazador viejo les gritó:
—¡SI SE QUEDAN AHÍ, MUEREN! ¡AYUDEN O APÁRTENSE!
Lira temblaba.
—No sé si puedo…
Rhett la tomó del brazo.
—¡Puedes! ¡Todos podemos! ¡Muévete!
Eso los rompió o los reconstruyó… no sabían.Pero se lanzaron.
Lira ayudó a cargar a una madre herida.Doran cortó a una aberración que había saltado sobre un niño.Rhett derribó dos criaturas mientras gritaba insultos entre lágrimas.Kael… Kael luchaba como podía, temblando, golpeando con miedo más que con fuerza.
Hasta que una aberración enorme lo tomó por la espalda y—
¡CRUNCH!
Lo atravesó con sus garras.
—¡KAAEL! —gritó Lira desesperada.
Rhett y Doran se lanzaron a salvarlo.Cazadores llegaron para rematar a la criatura.
Kael cayó al suelo, sin aire, cubierto de sangre.
—No… quiero… morir… —susurró antes de desmayarse.
Horas después, Kael abrió los ojos con un dolor insoportable.
Había heridos por todas partes. Gente llorando. Hombres sin piernas. Niños buscando a sus padres.Un infierno.
Rhett estaba sentado a su lado.
—No te muevas —dijo—. Te abrió el pecho, Kael… casi te perdemos.
Kael tragó saliva.
—¿La capital…?
Rhett lo miró con tristeza.
—Ya no existe. Solo ruinas.
En ese momento llegó el presidente con guardias.Su rostro estaba destruido.Los ojos hinchados.La voz quebrada.
—¿Alguien… —tragó saliva— alguien vio a mis hijas?
Kael quiso sentarse, pero el dolor lo dobló.
—S-señor… —dijo— hay… hay algo que debe saber…
Miró a Rhett.
—Cuéntale… sobre ese… lugar…El lugar donde el genio nos envió.Tal vez… tal vez estén ahí…
Rhett asintió y caminó hacia el presidente.El hombre lo miró con desesperación, como si aferrarse a esa información fuera su única esperanza.
—Por favor… dígame… cualquier cosa… cualquier pista…
Rhett le explicó todo.El genio.El lugar extraño.El comportamiento de Erian.Todo.
El presidente escuchaba temblando.Cuando Rhett terminó, el hombre simplemente se arrodilló y lloró.
—Mis niñas… mis pequeñas… ¿por qué… por qué ellas?
Sus guardias lo ayudaron a levantarse.
Ese mismo día se anunciaron al mundo tres cosas:
El secuestro de Lyria y Nara, hijas del presidente.
La confirmación absoluta de seres superiores capaces de regenerarse.
La destrucción casi total de la capital, con miles de muertos.
El mundo entero quedó en shock.Y nada volvería a ser igual.
