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Chapter 5 - capitulo 5 primer día y ya quiero renunciar

⭐ CAPÍTULO 5 —

“Primer día… y ya quiero renunciar”

El episodio arranca con Eiden caminando

medio dormido por el patio de entrenamiento. Tiene los ojos hinchados, el pelo hecho un desastre y las vendas mal puestas.

Eiden (arrastrando los pies):

—Azu… ¿por qué empezamos a las seis de la mañana? ¿No se puede entrenar cuando… no sé… el sol todavía está pensando si salir?

Azu lo mira con cara de “no puedo creer a este tipo”, brazos cruzados y tono afilado:

Azu:

—Porque si entrena a esta hora, capaz en unos veinte años puedas levantar una piedra sin temblar.

Riku está sentado encima de un tronco, comiendo galletitas descaradamente.

Riku:

—¡Dale Eiden! Yo estoy listo para apoyarte moralmente desde acá… sin moverme… sin cansarme… y sin dejar mis galletitas.

Azu:

—¿Y vos por qué estás comiendo en mi entrenamiento?

Riku:

—Porque si no desayuno, me pongo violento.

Azu pestañea dos veces.

Después lo ignora porque no tiene energía para lidiar con él tan temprano.

Arranque de entrenamiento… versión “Eiden”

Azu señala un pequeño circuito:

• una colchoneta,

• una soga cortita,

• un tronco liviano,

• y un palo tirado en el piso.

Nada impresionante.

Eiden (mirando el circuito):

—Azu… ¿no falta algo? ¿Pesas? ¿Peleas? ¿Trampas mortales?

Azu:

—Eso es para gente normal. Vos primero tenés que aprender a no desmayarte respirando.

Eiden traga saliva.

Azu:

—Bien. Primer ejercicio: tres flexiones.

Riku se atraganta con la galletita.

Riku:

—¿Tres? ¿Solo tres? Opa, hoy Eiden se muere.

Eiden:

—¡Riku, no me subestimes! Yo puedo hacer… cuatro si me concentro.

Azu:

—Hacé tres antes de morirte. Después vemos.

Eiden se acomoda en la colchoneta, tiembla un poco, baja…

Eiden:

—Uuuuh esto… pesa más de lo que recordaba…

Primera flexión.

Segunda.

En la tercera se queda a mitad del camino con los brazos temblando como un flan.

Eiden (forzando):

—Azu… decile a mi mamá… que la amo…

Azu:

—¿Pero qué decís? ¡Si no te estás muriendo!

Eiden:

—Vos no sabés lo que es esto para mis brazos…

Lia llega corriendo con una bandeja con té caliente, vendas extras y pañuelos.

Lia:

—¡Eiden! ¿Estás bien? ¡Escuché un grito de sufrimiento!

Él todavía está pegado al suelo, temblando.

Eiden:

—Solo… solo hice tres flexiones… creo… que ya alcancé mi límite humano…

Lia lo da vuelta con mucha suavidad, como si fuera un bebé.

Lia:

—Shhh… ya pasó. Respirá. ¿Querés té?

Azu mira la escena sin entender nada.

Azu:

—Lia, ni siquiera sangró.

Lia:

—No subestimes el dolor interno.

(Eiden asiente con drama total.)

Riku levanta la mano.

Riku:

—¿A mí también me das té?

Lia:

—Vos estás perfecto.

Riku:

—Eiden, compartíme, dale.

Azu suspira tan fuerte que hasta las palomas se van del techo.

Azu:

—Bien. Esto recién empieza… y ya me duele la cabeza.

Eiden, levantate. Todavía falta lo peor.

Eiden:

—¡¿PEOR?! ¿Cómo que peor…?

Riku:

—Ja, Eiden, hoy no salís vivo.

Pantalla negra.

“Azu descubre lo que es entrenar a un ser humano… defectuoso”

La escena arranca con Eiden intentando ponerse de pie. Sus piernas tiemblan como si hubiera corrido un maratón, cuando solo hizo… tres flexiones.

Azu lo mira con una mezcla de decepción y resignación.

Azu:

—Bien, ahora vamos al segundo ejercicio.

Levantá ese tronco.

Señala un tronco pequeño, liviano, que hasta un nene de 8 años podría levantar sin problema.

Eiden lo observa como si fuera una reliquia sagrada.

Eiden:

—Ese tronco… ¿no es muy avanzado para mi nivel…?

Azu:

—Es un tronco. De diez kilos.

Si no podés levantar eso, no podés ni abrir una heladera.

Riku, que sigue comiendo galletitas, levanta el tronco con una mano como demostración y lo hace girar tipo helicóptero.

Riku:

—Es re liviano. Mirá, mirá.

(Lo gira otra vez.)

Igual yo soy especial, obviamente.

Azu:

—Riku, dejá de jugar y devolvelo.

Riku:

—Bueno, pero después quiero otro ejercicio donde yo también pueda participar.

Azu lo ignora.

⭐ Eiden vs Tronco (Ronda 1)

Eiden se agacha, toma aire como si fuera a arrancar un árbol milenario del suelo, y agarra el tronco con ambas manos.

Eiden:

—Padre… dame fuerzas…

Azu:

—Eiden, ¡es un tronco normal! No estás enfrentando un dragón.

Eiden intenta levantar.

Sus brazos tiemblan.

Sus piernas se doblan.

La expresión de su cara es digna de alguien levantando 300 kilos.

El tronco sube…

...como dos centímetros.

Eiden (agonizando):

—Azu… siento… siento que se me desprende el alma…

Azu (tapándose la cara):

—¿Cómo podés estar tan roto sin estar roto?

Lia se acerca y le agarra el brazo a Eiden suavemente.

Lia:

—No fuerces tanto… podrías lastimarte el codo…

Eiden (jadeando):

—Lia… si me pasa algo… que sepan que di… todo de mí…

Riku se tira al piso riéndose.

Riku:

—¡¡JAJAJA!! ¡¡Big, dale!! ¡¡Es un tronco!!

¡Un tronco! ¡Ni siquiera es pesado!

Lia le tiraría el tronco encima de riku haciendo que este se calle

Azu respira hondo, claramente perdiendo la paciencia.

Azu:

—Lia, dejalo.

Eiden, vas a levantar ese tronco.

Hoy.

Aunque tu espíritu abandone tu cuerpo.

⭐ Eiden vs Tronco (Ronda 2)

Eiden toma aire… lentamente… muy dramáticamente…

Eiden (con determinación falsa):

—Hoy… empiezo mi camino a la fuerza absoluta…

Riku se atraganta de la risa.

Riku:

—¡¿Fuerza absoluta?! Hermano, ni siquiera tenés fuerza básica.

Azu:

—Riku, si lo seguís motivando así, lo matás antes que el entrenamiento.

Eiden junta todo su coraje.

Aprieta el tronco.

Levanta…

Levanta un poquito más…

Y…

¡Lo levanta!

Solo por un segundo.

Después se le cae encima de las piernas y grita dramáticamente.

Eiden:

—¡AAAAH! ¡MI EXISTENCIA!

Lia entra en pánico.

Lia:

—¡EIDEN, NO TE MUEVAS! ¡TE LO SACO!

Ella levanta el tronco facilmente y se lo quita como si fuera una almohada.

Azu se queda mirando la escena.

Azu:

—…Tengo que entrenar a este tipo por meses.

Dios mío.

Eiden queda sentado, respirando como si hubiera peleado contra un ejército.

Eiden:

—Azu… esto es… más duro que la misión en la base de los Tops…

Azu:

—Eso fue una misión real.

ESTO es levantar un tronco.

Riku aplaude lentamente.

Riku:

—Bien ahí, campeón. Sos oficialmente más fuerte que un tronquito.

Eiden inflando el pecho con orgullo pobre:

—¡Eso es un avance…!

Pantalla negra.

“La cuerda maldita… y el descubrimiento accidental”

La escena arranca con Eiden sentado, todavía recuperando el alma después de ser derrotado por un tronco de diez kilos. Azu está revisando una lista de ejercicios con una expresión mezcla de frustración, cansancio y duda existencial.

Azu (pensando):

—¿Cómo entreno a alguien que tiene menos fuerza que una planta?

Riku, mientras tanto, está acostado panza arriba sobre el césped, comiendo otra vez.

Riku:

—Azu, ¿cuál es el próximo ejercicio?

¿Algo que Eiden pueda hacer sin morirse?

Azu lo ignora por completo y señala una cuerda corta, de apenas un metro, colgando entre dos postes.

Azu:

—Bien, siguiente prueba: saltar la cuerda diez veces.

Eiden se congela.

Sus ojos se abren como platos.

Eiden:

—¿D… diez?

Azu:

—Sí. Diez. No mil. No cien.

Diez.

Riku:

—Uy… este sí lo mata.

⭐ Eiden vs La Cuerda – Ronda 1

Eiden toma la cuerda como si fuera un arma ancestral prohibida.

Eiden:

—Azu… ¿estás segura?

Yo nunca… eh… salté una cuerda…

Azu (con desesperación reprimida):

—Es una cuerda, Eiden. No te muerde.

Eiden empieza:

Salto 1: tropieza

Salto 2: se engancha

Salto 3: se ahorca solo por accidente

Riku se cae de espaldas, llorando de la risa.

Riku:

—¡¡BROOOO!! ¡¡TE ENREDASTE SOLO!! ¡¡JAJAJA!!

Lia corre a desatarlo como si fuera un caso de emergencia médica.

Lia:

—¡Eiden! ¡Tenés que respirar! ¡Calma! ¡Yo te ayudo!

Eiden jadeando como si hubiese sobrevivido a un combate épico:

—Esa cuerda… estaba poseída…

Azu:

—La cuerda no está poseída. Vos estás poseído por la incompetencia.

⭐ Eiden vs La Cuerda – Ronda 2

Azu se cruza de brazos y decide ponerse seria.

Azu:

—Eiden, escuchá.

El entrenamiento existe para que DEJES de ser débil.

No espero que lo hagas perfecto…

Pero sí espero que lo intentes en serio.

Eiden baja la mirada, respira profundo.

Por primera vez en el capítulo, se lo ve sintiendo algo más que miedo y cansancio.

Eiden:

—Tenés razón…

No quiero seguir siendo el que todos tienen que salvar.

Quiero… poder protegerlos a ustedes también.

Azu lo observa.

Un mínimo gesto en sus ojos muestra que esas palabras la tocaron.

Azu (suave):

—Entonces dale.

Eiden toma la cuerda otra vez.

Se pone en posición.

Salta.

Una vez.

Dos veces.

Tres.

Cuatro.

Cinco…

De repente, sin querer, hace un salto perfecto, sincronizado, ágil, limpio.

Tan fluido que hasta Azu abre un poco los ojos.

Un pequeño destello de potencial.

Pero Eiden, emocionado, intenta repetirlo…

Y se enreda de nuevo y se cae de cara.

Riku rueda por el piso muerto de risa.

Riku:

—¡ESE FUE EL MEJOR SEGUNDO DE TODA MI VIDA!

¡HERMANO, PARECÍAS UN PRO!

¡POR UN SEGUNDO NOMÁS!

Lia lo levanta con cuidado.

Lia:

—Ese movimiento… fue muy bueno, Eiden.

Azu mira a un costado para que no vean que quedó impresionada.

Azu (pensando):

—Ese salto… no fue casualidad. Tiene algo escondido.

Mientras Eiden se limpia la tierra de la cara, Azu se acerca.

Azu:

—Escuchame, Eiden.

Ese salto… fue REAL.

Eso significa que dentro de todo tu desastre… hay algo.

Eiden parpadea.

Eiden:

—¿Algo bueno?

Azu:

—Algo entrenable.

Así que no te voy a dejar rendirte.

Riku levanta la mano.

Riku:

—¿Yo también tengo algo entrenable?

Azu:

—Sí, Riku. Tu boca. Para que la cierres.

Eiden, motivado, respira hondo y levanta la cuerda.

Eiden:

—¡Vamos otra vez!

Sé que puedo hacerlo mejor.

Lia sonríe.

Azu también, aunque apenas.

Riku abre otra bolsa de galletitas.

(Entrenamiento, técnica secreta y… caos inevitable)

Azu mira a Eiden, cansada de verlo fallar repeticiones.

Azu:

—A ver, mocoso… ¿cuántas veces fallaste ya? ¿Ocho? ¿Nueve? Perdí la cuenta.

Riku se ríe desde atrás mientras come papas.

—Yo sí conté: fueron doce… ¡Doce veces! Es récord mundial, Eiden.

Lia baja la cabeza.

—Déjenlo, él está intentando…

Eiden aprieta los puños. Respira hondo. Sus ojos cambian un poquito, ya no temblando tanto.

Eiden (pensando):

"Voy a usarla… esa técnica. La misma que yo uso en mi mundo… dejar de respirar y dejar que mi cuerpo funcione mejor por la presión interna… pero tengo que controlar el tiempo..."

Azu lo mira raro.

—¿Qué haces? ¿Por qué inhalás tanto? ¿Querés inflarte como un globo?

Eiden:

—N-no, solo… probando algo.

De repente…

Eiden se queda completamente sin respirar.

Sus músculos se tensan. Sus ojos se enfocan. Su postura cambia dramáticamente.

Riku:

—¿EH? ¿Qué le pasó? ¿Se volvió serio? ¿Ese es Eiden o un doble?

Lia:

—Su aura… cambió…

Azu entrecierra los ojos.

—Interesante…

En un instante, Eiden levanta el peso que antes no podía ni mover.

Y lo hace rápido. Muy rápido.

Azu:

—¿Pero qué diablos…? ¡Ese peso era demasiado para vos!

Eiden pasa al siguiente ejercicio.

Y al siguiente.

Y al otro.

Todo con precisión, velocidad y cero dudas.

Riku:

—¡NOOOO! ¡ESTO ES ILEGAL! ¡ALGUIEN QUE LE HAGA UN ANTIDOPAJE!

Lia:

—Eiden… ¡qué increíble! Pero… ¿estás respirando?

Azu da un paso atrás, cruzándose de brazos.

—Ok… me rehúso a admitirlo pero…

—Ese enano está trabajando a nivel SOLDADO, mínimo.

—¿Pero cómo demonios lo hace…?

Eiden sigue, concentrado, temblando un poco.

La presión interna empieza a agotarlo.

Eiden (pensando):

"Solo un poco más… no voy a quedar atrás… no otra vez… no…"

Hace un último ejercicio explosivo que levanta polvo por todos lados.

Riku:

—¡WOOOOW! ¡No sabía que los débiles tenían transformaciones secretas!

Eiden suelta el aire…

Y cae al piso.

THUMP.

Todos corren.

Lia:

—¡Eiden! ¡Eiden! ¡Dios mío, está re frío!

Riku:

—¡SE APAGÓ COMO UN CELULAR SIN BATERÍA!

Azu lo agarra del brazo, lo sacude como si fuera un trapo.

—¿QUÉ HICISTE, PEDAZO DE IDIOTA?

—¿QUÉ TÉCNICA ERA ESA?

—¡TE VAS A MATAR!

Eiden, medio consciente, sonríe débil.

Eiden:

—Perdón… quería mejorar… más rápido…

Azu lo mira en silencio un momento.

Suspira profundo.

—Sos un idiota…

—Pero al menos tenés agallas.

—Está bien. Cuando te despiertes, seguimos.

Riku lo abanica con una tapa de olla.

Lia le sostiene la cabeza.

Azu toma notas furiosamente.

La técnica funcionó…

Pero casi lo mata.

La tarde ya cae.

Eiden abre los ojos lentamente, todavía tirado en el piso del dojo.

Riku estaba dormido apoyado en él como si fuera una almohada.

Lia le sostenía la cabeza con cuidado.

Azu estaba sentada enfrente, observándolo como si fuera un experimento peligroso.

Eiden (medio aturdido):

—¿Estoy… vivo?

Riku se despierta sobresaltado.

—¡AH! ¡Volvió! ¡El elegido ha regresado del más allá!

Lia sonríe aliviada.

—Me asustaste… mucho.

Azu, en cambio, no sonríe. Se inclina hacia él con expresión seria.

Azu:

—Habla.

—¿Qué fue eso que hiciste?

Eiden parpadea dos veces, confundido.

Eiden:

—¿Qué… cosa?

Azu frunce el ceño, como si no entendiera si Eiden es un genio o un inútil.

—No te hagas.

—De pronto te pusiste tenso, dejaste de respirar, tus músculos funcionaron como si fueras un soldado entrenado, y después te desplomaste.

—¿Qué técnica era?

Eiden intenta incorporarse, pero Azu lo empuja con un dedo.

—Quieto. Quiero respuestas.

Eiden mira a un costado, incómodo.

Eiden:

—No… no sé qué fue.

—Solo…

—Mi cuerpo me dijo que lo hiciera.

—Como si… algo dentro mío supiera cómo moverme… pero yo no.

Azu lo mira fijamente, buscando una mentira.

Pero Eiden solo tiene esa expresión honesta y despistada que lo caracteriza.

Azu suspira, se levanta y le da un leve golpe en la frente.

—Entonces sos más peligroso de lo que pensé.

—Un idiota con una técnica que ni sabe usar.

Riku asiente.

—Tiene sentido, es Eiden.

Lia lo mira preocupada.

—¿Y si esa técnica le hace mal?

Azu se cruza de brazos.

—Le hace mal. Claramente.

—Si la usa otra vez sin entenderla, puede dejar de respirar más tiempo del que su cuerpo soporta.

—Y no voy a perder un alumno tan…

(se detiene, duda un poco)

—…tan terco como él.

Eiden sonríe débilmente.

—Gracias… supongo.

Azu lo señala con el dedo.

—Escuchá bien.

—No volvés a usar esa técnica.

—Ni una vez más.

—Hasta que yo entienda qué demonios es.

Eiden baja la vista, dudando.

Esa técnica lo hacía sentir fuerte… por primera vez.

—Está bien… —dice.

Azu asiente con autoridad.

—Bien. Ahora levantate, vamos a terminar el entrenamiento de hoy.

Riku:

—¿QUÉ? ¡Pero si se desmayó hace diez minutos!

Azu lo ignora completamente.

—Si quiere hacerse fuerte, que lo demuestre caminando.

Eiden intenta ponerse de pie.

Le tiemblan las piernas.

Se cae.

Vuelve a intentar.

Lia lo ayuda.

—Despacito, Eiden… paso a paso…

Azu lo mira, pensativa, mientras el sol se esconde detrás de las montañas.

Azu habla sin mirarlos.

—Escúchenme.

—Hoy, por primera vez… vi algo en este chico.

—Algo que no sé si es talento, locura o destino.

—Pero…

(voltea hacia Eiden, seria)

—Si sobrevivís a este entrenamiento…

—Tus enemigos van a tener miedo de vos.

—Incluso siendo un simple débil.

Riku abre los ojos grande.

—¿Eso fue… un cumplido?

—¿AZU DIJO UN CUMPLIDO?

Azu le tira una sandalia en la cabeza.

—¡CÁLLATE!

Lia sonríe y mira a Eiden con orgullo.

Eiden, aún tambaleando, aprieta los puños.

—Voy a hacerme fuerte.

—No importa cuánto me cueste.

—No voy a rendirme nunca.

La cámara se aleja.

El viento mueve las cintas del dojo.

Eiden sigue caminando, tambaleando pero firme.

Azu lo observa en silencio.

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