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Chapter 6 - capitulo 6 una mañana diferente

⭐ **EPISODIO 6 —

“Una mañana diferente”**

El sol entra por la ventana del pequeño refugio. Eiden abre los ojos y, por primera vez desde que llegó a este mundo… no siente que todo su cuerpo esté a punto de romperse.

Se sienta despacio en la cama.

Eiden (sorprendido):

—Huh… hoy no duele… tanto.

Se estira y hasta se pone de pie sin que le tiemblen las piernas.

Ese pequeño detalle, para él, ya es un logro gigante.

Mientras se alista, escucha pasos apresurados… y entonces—

¡PUM!

La puerta se abre de golpe.

Riku (gritando):

—¡¡EIDEN, BRO, EMERGENCIA!! ¡¡¡SE DESAPARECIERON MIS GALLETAS!!!

Eiden lo mira con cara de “¿qué?”.

Riku está despeinado, con las medias mal puestas y los ojos brillosos de tragedia.

Eiden:

—Riku… ¿ya revisaste tu bolsillo?

Riku mete la mano.

Saca las galletas, todas rotas.

Riku:

—Ah… estaban acá. Jeje…

¡PIÑAZO!

Lia aparece por detrás y le mete un golpe tipo Sakura directo en la cabeza.

Lia:

—¡Dejá de molestar tan temprano! ¡Eiden está recuperándose!

Riku cae al piso con espiralitos en los ojos.

Azu entra justo en ese momento con los brazos cruzados, mirando la escena como si fuese basura tirada en la calle.

Azu:

—Veo que siguen siendo idiotas…

(mira a Eiden de arriba abajo)

Pero vos… te movés un poco mejor hoy.

Eiden sonríe incómodo.

—Supongo que… estoy mejorando.

Azu se da vuelta.

Azu:

—Bien. Entonces hoy vas a demostrarlo.

—Tu primera prueba real empieza en diez minutos.

—No llegues tarde.

Eiden traga saliva.

Riku se levanta de golpe.

Riku:

—¡Tranqui, bro, si morís yo—!

¡OTRO PIÑAZO de Lia!

Lia:

—¡No digas esas cosas!

Azu ya está caminando afuera.

Azu:

—Muévanse. Y vos, Eiden…

(se detiene un segundo)

—No me decepciones.

Eiden aprieta los puños.

El grupo llega a un claro del bosque. Es un terreno amplio, con árboles quebrados y marcas profundas en el suelo, como si algo enorme hubiese entrenado ahí hace años.

Eiden traga saliva.

Riku se esconde detrás de él.

Lia observa tranquila, pero lista para golpear a Riku si dice una estupidez.

Azu se adelanta al centro del claro.

Azu:

—Eiden. Hoy vas a enfrentarte a tu primera prueba real.

—Y no… no es un entrenamiento suave. Es para ver si merecés seguir bajo mi guía.

Eiden respira profundo.

—Voy a… hacer mi mejor esfuerzo.

Azu chasquea los dedos.

El aire vibra.

Del bosque sale un temblor bajo, como si el suelo respirara.

Riku (temblando):

—E-Eh… Azu… ¿qué soltaste ahí?

—Porque no parece un perrito…

¡PIÑAZO DE LIA!

—¡Callate! ¡Lo ponés más nervioso!

Azu ignora todo y sigue.

Azu:

—Tu prueba consiste en tres cosas:

• Activar tu técnica rápido.

• Mantener el control bajo presión.

• Sobrevivir a un enemigo que no va a esperarte.

Eiden siente un escalofrío.

Eiden:

—¿Sobrevivir…?

Azu levanta una mano.

Azu:

—Tranquilo. No va a matarte.

—Si lo hace… te revivo para seguir entrenando.

Riku:

—¡¡¿QUÉ TIPO DE CHISTE ES ESE?!!

¡PIÑAZO DE LIA A RIKU!

—¡Te dije que no hables!

En ese momento, algo aparece entre las sombras.

Un monstruo ágil, musculoso, morro afilado, ojos brillantes y la respiración pesada.

No es gigante, pero su energía es intensa.

Azu:

—Una Bestia Eco. Rápida. Fuerte. Inteligente.

—Perfecta para medir tu velocidad y reacción.

La Bestia ruge, pero Azu la señala:

Azu:

—Reglas simples, Eiden:

No la ataques.

Sólo esquivá, corré y usá tu técnica.

Si te alcanza… fallaste.

Eiden siente cómo sus latidos se aceleran.

El monstruo golpea el suelo, listo para arrancar.

Azu lo mira directo a los ojos.

Azu:

—Demostrame si valés algo más que sólo palabras.

Eiden cierra los ojos un segundo.

Inhala.

La presión sube en su pecho…

Empieza a contener el aire…

Azu (en voz baja):

—Mostrame ese poder raro tuyo.

Eiden abre los ojos.

Eiden:

—Estoy listo.

Y la Bestia…

se lanza hacia él.

La Bestia Eco se lanza como un proyectil vivo.

El suelo explota bajo sus patas mientras corre hacia Eiden.

PUM—PUM—PUM—PUM

Eiden activa su técnica justo a tiempo.

Todo alrededor se ralentiza.

El viento se estira.

El sonido se convierte en un eco grave.

Eiden (pensando):

—…Bien. Esta vez… lo controlo mejor.

Da un salto hacia atrás, ligero, rápido, limpio.

La Bestia pasa rozándole la cara con sus garras, cortando un par de mechones de su pelo.

¡SWISH!

Azu observa desde lejos con brazos cruzados, sin emoción en el rostro…

pero con el ojo filoso siguiendo cada movimiento.

Azu (pensando):

—Su cuerpo responde… mejor de lo que imaginé.

La Bestia gira y vuelve a cargar, aún más rápida.

Eiden corre.

Su velocidad, aunque no es perfecta, es muy superior a capítulos anteriores.

Sus pasos ya no son torpes: pisa firme, calcula, esquiva troncos y rocas como si volviera a nacer.

Riku está gritando como un comentarista inútil:

Riku:

—¡¡ESO, EIDEN!! ¡¡CORRE COMO SI LIA TE PERSIGUIERA CON UN BATE!!

¡PIÑAZO DE LIA!

—¡¿A QUIÉN LE DECÍS BATE?!

El golpe lo deja enterrado en el suelo, dejando solo sus piernas temblando afuera.

Azu ni lo mira.

Mientras tanto, la Bestia pestanea y crea un eco de sí misma:

un movimiento doble, impredecible, veloz.

Un ataque por dos direcciones.

Eiden abre los ojos con fuerza.

Eiden:

—¡Vamos… respirá sin respirar…!

Aprieta más su contención.

El mundo se comprime a su alrededor.

La Bestia salta desde dos ángulos.

Eiden se desliza por el suelo, dejando una marca larga en la tierra.

Pasa por debajo del monstruo original y apenas esquiva su eco.

¡BOOOOM!

Las dos versiones de la Bestia chocan entre sí y revientan un árbol gigantesco.

Eiden rueda por el césped y se detiene.

Su pecho empieza a arder.

Eiden (jadeando):

—Dos minutos…

—Puedo aguantar… un poco más…

La Bestia aparece detrás suyo de forma casi instantánea.

Eiden no tiene tiempo de pensar.

Corre, salta, se agacha, se impulsa contra rocas, esquiva ramas afiladas que pasan a centímetros de su cara.

Sus movimientos ya no parecen de un débil.

Parece… alguien que está empezando a entender su poder.

Azu entrecierra los ojos.

Azu (pensando):

—Ese instinto… no es normal.

—¿Quién sos realmente, Eiden?

La Bestia usa un ataque final:

un salto enorme desde lo alto, cayendo directo sobre él.

El impacto venidero hace vibrar el aire.

Eiden siente el tiempo casi detenerse.

Aprieta el aire en sus pulmones al máximo.

Eiden (pensando):

—¡AHORA O NUNCA!

Se impulsa hacia adelante con un salto más rápido de lo que cree posible.

La Bestia aterriza detrás, creando un cráter de tierra.

¡KABOOOM!

Una onda expansiva tira a Riku como si fuera ropa en el viento.

Riku:

—¡¡YOOOOOO NOOOO NACÍ PARA MORIIIIIR!!

Lia lo agarra del pie antes de que salga volando más lejos.

—¡Dejá de exagerar, inútil!

Eiden cae rodando pero se mantiene en pie.

Sus piernas tiemblan.

Su pecho arde como fuego.

Eiden:

—Tres minutos…

—¡Vamos… uno más…!

La Bestia vuelve a girarse hacia él.

Azu baja la mano lentamente.

Azu (voz grave):

—Si logra esquivar este último ataque… habrá pasado.

La Bestia se lanza con todo.

Eiden activa su técnica al máximo, quizá más de lo que su cuerpo permite.

Un aura leve, casi imperceptible, vibra alrededor de él…

Y en un parpadeo—

Desaparece de la vista.

La Bestia muerde aire.

Eiden aparece detrás de ella, derrapando sobre el suelo, jadeando al borde del colapso.

Pero vivo.

Y de pie.

El polvo flotaba en el aire.

Eiden seguía de pie, pero apenas. Su pecho ardía como si una mano gigante lo estuviera aplastando desde adentro.

La Bestia Eco frenó, gruñendo.

Ya no estaba tan entera: el entrenamiento la tenía cansada también. Movía la cabeza de lado a lado, buscando el momento exacto para cargar de nuevo.

Azu observaba todo con una mirada fría… pero seria.

No era un juego para ella.

Era un examen.

Azu (pensando):

—Está llegando a su límite.

—Si falla ahora, la Bestia lo va a derribar.

Riku, con la cara toda embarrada de los golpes de Lia y las explosiones, gritaba como un narrador desesperado:

Riku:

—¡¡BRO, NO TE PARES ASÍ, PARECÉS UN PALO LISTO PARA ROMPERSE!!

¡PIÑAZO DE LIA!

Lia:

—¡CÁLLATE! ¡LO VAS A PONER NERVIOSO!

Eiden no los escucha.

Su mundo es un solo sonido:

su propio corazón golpeando a toda velocidad.

Eiden (pensando, temblando):

—Mi… aire…

—No puedo…

—Solo… un segundo más…

Quiere soltar la técnica.

Quiere respirar.

Su cuerpo lo pide a gritos.

Pero entonces recuerda la cara de su padre.

Recuerda el día que lo perdió.

Recuerda a Azu diciéndole: “No me decepciones.”

Eiden aprieta los dientes con fuerza.

Eiden (pensando):

—No…

—No voy a caer ahora…

La Bestia Eco tensa las patas.

Baja la cabeza.

Se prepara para su último embate.

Azu habla en voz baja, para ella misma:

Azu:

—Si esquiva esto… pasa la prueba.

La Bestia ruge.

Y se lanza.

Eiden siente que el mundo vibra.

Todo se mueve rápido… demasiado rápido.

Su visión se desenfoca.

Su cuerpo ya no responde como quiere.

El monstruo está a cinco metros.

Cuatro.

Tres.

Eiden intenta activar la técnica al máximo una última vez…

Pero su cuerpo falla.

Un estallido de dolor le recorre el pecho.

El aire se le escapa involuntariamente.

Eiden:

—¡¡NGH—!!

La técnica se corta.

Todo vuelve a velocidad normal.

Demasiado normal.

La Bestia está a punto de alcanzarlo.

Azu abre los ojos con sorpresa.

Riku grita como un loco:

Riku:

—¡¡BROOOOOO!!

Lia agarra a Riku de la camisa para que no se meta.

La Bestia salta.

Eiden, sin técnica, apenas puede reaccionar.

Pero entonces—

En su corazón, algo se enciende.

Una chispa.

Un instinto que no viene de entrenamiento.

Algo que no enseñó Azu.

Algo que siempre estuvo ahí.

El cuerpo de Eiden se mueve solo.

Un paso al costado.

Natural.

Fluido.

Perfecto.

La Bestia pasa rozando, incapaz de tocarlo.

Eiden cae de rodillas.

Jadea.

Tiembla.

Pero está vivo.

Azu se queda en silencio, sorprendida… no por la esquiva, sino por cómo lo hizo.

Azu (pensando):

—Ese movimiento…

—No viene de su técnica.

—Eso fue puro instinto…

—Instinto de alguien con un talento que no debería tener.

Riku corre hacia Eiden, llorando como si fuera una película dramática.

Riku:

—¡¡BROOOO, VAS A VIVIR, VERDAD!!

—¡¡TE TRAJE AGUA POR SI TE MORÍAS!!

¡PIÑAZO DE LIA!

—¡Si se moría no podía tomar agua, idiota!

Azu camina hacia Eiden con pisadas firmes.

Se para frente a él.

Eiden levanta la vista, agotado, esperando un grito, un insulto, una burla.

Pero en cambio…

Azu se agacha un poco, lo suficiente como para mirarlo directo a los ojos.

Azu (seria, pero con una chispa mínima de respeto):

—Aprobado.

Eiden parpadea.

Eiden:

—¿Eh…?

Azu:

—Te dije que si esquivabas el último ataque… pasabas.

—Y lo hiciste sin tu técnica.

Eiden se queda helado.

Su corazón late fuerte.

Una sonrisa involuntaria le aparece en la cara.

Azu se pone de pie.

Azu:

—Tu cuerpo todavía es débil.

—Tu técnica es inestable.

—Pero ese instinto…

(se gira y empieza a caminar)

—Eso no se entrena. Se nace con eso.

Eiden siente algo nuevo.

Algo que jamás sintió en su vida.

Por primera vez… Azu lo reconoció.

La bestia ya está derrotada. El polvo se asienta.

Riku está tirado en el piso exagerando su “derrota heroica”. Lia lo golpea en la cabeza y lo manda a callar.

Eiden respira agitado. La Contención Vital todavía vibra dentro suyo como un eco.

Azu se acerca. Su mirada no es dura como siempre. Tampoco es feliz. Es… seria, más de lo normal.

Azu:

"Lo hiciste bien. Muy bien. Más de lo que esperaba."

Eiden sonríe, todavía sosteniéndose un poco.

Eiden:

"Gracias a vos. Todavía me falta mucho… pero voy a seguir."

Azu baja la mirada un segundo. Respira hondo.

Riku y Lia se callan. Intuyen que algo pasa.

Azu (con la voz baja):

"No voy a poder seguir entrenándote."

Eiden se queda inmóvil.

Riku abre la boca sorprendido. Lia frunce el ceño.

Eiden:

"¿Te… vas?"

Azu asiente.

El viento levanta un poco el polvo alrededor, como si el mundo acompañara la escena.

Azu:

"Mi misión terminó aquí. Ustedes tres ya no me necesitan. Y… hay algo que tengo que hacer sola."

Se da vuelta. No dice cuál es su misión. No explica nada más.

Es el estilo de Azu: fuerte, fría, pero con un fondo cálido que nunca reconoce.

Eiden aprieta los puños. No quiere que se vaya, pero tampoco quiere detenerla.

Azu:

(sin mirarlos, pero con una pequeña sonrisa)

"No mueran. Me arruinarían la reputación."

Riku se ríe nervioso. Lia suspira.

Eiden da un paso adelante.

Eiden:

"Azu… gracias. Por todo."

Ella no responde.

Se aleja entre las sombras del bosque o la neblina del mundo secundario.

Una última imagen: su figura desapareciendo mientras su voz interna dice:

"Ese poder… la Contención Vital… no es normal.

Ten cuidado, Eiden."

Corte a negro.

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