⭐ EPISODIO 9 — “EL PESO DE LO QUE PROTEGEMOS”
Después de ver las noticias, Max desvió la mirada hacia los demás. La palabra “purga” resonaba demasiado fuerte; para él, más que un anuncio, era un aviso de que los altos rangos del Top estaban por mover hilos que nadie más notaría.
Max:
No queda otra. Los vamos a llevar a la base. Van a ser parte de esto… y vamos a parar esto antes de que se salga de control.
Mujer:
¿Max, estás loco? Son novatos. Sabés que no entrenamos a gente débil, solo a quienes ya sobrevivieron combates reales. Estos mocosos no tienen lo que se necesita.
Lia:
Se llama modales, no sé si lo conocés.
Ambas cruzan miradas como cuchillas.
Riku:
¿Se van a besar o nos vamos ya?
Lia le mete un golpe tan rápido que Riku vuela al piso. En el suelo, Riku solo ve estrellitas.
Max:
Ya está dicho. Los llevamos. Además… el muchacho inconsistente… veo algo en él. Algo que podría cambiarlo todo.
Max miró a Eiden, acostado en la camilla. Había una sola gota de esperanza en sus ojos, suficiente para obligarlo a seguir adelante. Mientras caminaba guiando al grupo hacia el refugio, la brisa fuerte movía las hojas como si vigilara cada paso. Max observaba los alrededores con cuidado… sin ver a nadie. Y aun así, algo le pesaba en el pecho.
Entonces, un recuerdo lo golpeó.
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FLASHBACK
???
¡Hermanito, hermanito! ¡Mirá lo que conseguí!
Un niño pequeño, sonriente, levantaba una moneda de oro como si fuera un tesoro sagrado.
Max (niño):
¿De dónde sacaste eso?
???
¡Aposté! ¡Y gané esto!
Max:
¡Liam, qué te dije de apostar! Sabés muy bien que no está bien. Y si fue un soldado titán… pudieron haberte hecho algo.
Liam:
Jo… siempre sos malo conmigo.
Liam se cruzó de brazos, haciendo un berrinche adorable.
Max:
Soy “malo” porque quiero protegerte. No voy a dejar que te pase nada. Vos lo sabés… sos lo más preciado que tengo.
Liam:
¡Pero siempre vamos a estar juntos! ¡Siempre!
Max sonrió y le revolvió el pelo con cariño.
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El recuerdo se desvaneció. Max parpadeó, regresando al presente.
Riku:
¿Estás bien? Te quedaste ido como… veinticinco minutos. ¿Pensabas en algo?
Max:
No. No es nada. Ya estamos por llegar.
Max miró a Eiden, inconsciente sobre la camilla mientras los demás lo cargaban.
Max:
¿Saben cuándo se va a recuperar? Lleva mucho tiempo así.
Lia:
Es porque siempre se exige más de lo que puede. Él es así… nunca nos escucha. Pero quiere ser fuerte, aunque duela.
Max:
Es débil… pero no inútil.
Aunque sí es un idiota por arriesgar la vida sin saber pelear.
Lia bajó la mirada, sin poder negar la verdad.
Aquí tenés una versión mucho más pulida, fluida, con mejores diálogos, más tensión, más personalidad y tono profesional, manteniendo tu historia exactamente igual pero con mejor narrativa y presencia cinematográfica.
La entrada estaba camuflada en la montaña; a simple vista parecía solo roca y musgo.
Lia:
¿Es… acá?
Max:
Sí. La escondemos bien por las dudas. Nunca sabés cuándo puede aparecer un traidor. Hay que estar preparados siempre.
Mujer:
Tengan miedo, niños. El infierno está por venir… y esto recién empieza.
Lia:
Ya que estamos, buscate a alguien menor. Estás tan vieja que necesitás colágeno puro.
Mujer:
¿Qué dijiste, mocosa?
La mujer soltó la camilla y dio un paso amenazante hacia Lia.
Mujer:
Si quiero, puedo matarte ahora mismo. Nadie sabría lo que te pasó.
Max:
Emily, ya basta. No peleen como niñas. Ya están grandes para estas estupideces.
Max tocó un panel oculto en la montaña y una puerta metálica se abrió, revelando un pasillo oscuro.
Emily:
Te salvaste esta vez… pero cuando te entrene, te juro que vas a aprender a no meterte conmigo, mocosa.
Riku:
Y después dicen que yo soy el inmaduro…
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Adentro, el refugio era enorme: corredores amplios, paredes reforzadas y criaturas de todo tipo entrenando como soldados. Era un lugar construido para resistir guerras… o empezar una.
Riku:
Wow… ¿cuánto tiempo llevan acá?
Max:
Toda mi vida. Desde chico estoy aquí. Cuidando pueblos… y protegiéndolos junto con mi hermano menor.
Riku:
¿Y dónde está él?
Max no respondió. Solo bajó la mirada y se alejó hacia una terminal donde otro soldado lo esperaba.
Apenas revisó unos datos, habló con voz firme:
Max:
Bien. Lleven a los novatos a sus cuartos asignados. Su entrenamiento empieza mañana.
¿Okey?
Los soldados obedecieron. Max observó a Eiden una última vez antes de suspirar pesadamente.
???
Señor Max, lo esperan en la sala de juntas. Los superiores ya están ahí.
Max:
Bien… vamos.
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SALA DE JUNTAS
La mesa estaba rodeada de figuras de alto rango, todos miembros de la resistencia.
Max:
Perdón por la demora. Estaba con asuntos personales.
Brisa:
Espero que esos asuntos valgan la pena, Max. No vamos a tolerar excusas inútiles.
Max:
Buenos días, Brisa. Te ves más vieja que la última vez.
Los ojos de Brisa casi lo perforan.
Thomas:
Ya basta ustedes dos. Estamos aquí porque estamos al borde de la desesperación.
El Top Global 4 iniciará una purga en la Capital. Si no hacemos algo, miles de civiles morirán.
Brisa:
Yo digo que ataquemos la Capital y eliminemos a los oficiales de inmediato.
Max:
Eso es suicida. Perderíamos a casi todas nuestras fuerzas… y podríamos matar civiles por accidente. Además, la Capital está defendida por los tenientes más fuertes. No llegaríamos ni a la mitad.
Brisa apretó los dientes, irritada por tenerlo que escuchar.
Thomas:
Tiene razón. No estamos lidiando con simples soldados. Una ofensiva directa sería un baño de sangre.
Shadow:
Entonces infiltremos agentes en la Capital. Un ataque silencioso. Necesitamos información antes de mover tropas.
Max:
No funcionará. Todos los informantes que enviamos desaparecieron apenas entraron a la ciudad. Algo está muy mal ahí. Hay que pensarlo mejor.
Thomas:
Creo que… debemos seguir el plan de Brisa. No tenemos otra opción.
Max abrió los ojos sorprendido.
Max:
Pero señor, eso es—
Thomas:
Ya tomé una decisión, Max. No lo hagas más difícil. ¿Okey?
Brisa sonrió con una arrogancia insoportable, disfrutando su victoria. Max la miró con puro desprecio.
Thomas:
Cuando la purga comience… estaremos listos.
La sala quedó en silencio mientras todos entendían que algo terrible estaba por desatarse.
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Continuará…