⭐ capitulo 15 – “EL SONIDO DE UNA CIUDAD QUE SANGRA”
— Las vibraciones de la ciudad maldita
Un estruendo sacude Kurotsume.
No es un trueno.
No es un derrumbe.
Es algo más profundo… como si desde el núcleo de la ciudad alguien estuviera golpeando con los puños la piedra misma.
Max gira la cabeza hacia el centro del distrito, frunce el ceño y dice:
Max:
—Ese no es un ruido natural. Eso es… combate. Y del grande.
Eiden respira agitado. Lia se aferra a sus vendas.
Lia:
—¿Y si… ya empezó la purga completa?
Max:
—Si ya empezó, entonces no somos suficientes para detener esto.
Vamos a pedir refuerzos. Ahora.
Eiden aprieta los puños. No quiere huir. Sus ojos tiemblan.
Eiden:
—¡Pero hay gente adentro! ¡Civiles atrapados! Si nos vamos, nadie los va a—
Max lo agarra del cuello de la camisa y lo acerca a su cara.
Max (serio, casi gruñendo):
—¡No estás listo! ¡Vas a morir! ¡Y Lia también!
Los héroes muertos no salvan a nadie.
Eiden baja la mirada, dolido… pero entiende. Max lo suelta.
Max:
—Vamos. No miren atrás.
Comienzan a correr. Pero el destino no piensa dejarlos salir.
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PARTE 2 — El engaño descubierto
Cinco calles más adelante, Max se detiene. Clava sus ojos en Eiden.
Max:
—Algo no encaja…
Eiden, ¿por qué viniste aquí?
Eiden (jadeando):
—Porque Thomas… Thomas me mandó en una misión de reconocimiento. Eso nos dijeron.
Max frunce el ceño.
Un silencio áspero cae sobre ellos.
Max:
—Thomas… jamás hubiese autorizado esto.
Menos contigo en este estado.
Eiden se queda helado.
Lia también.
Ambos se miran.
Eiden:
—¿Entonces… quién nos envió?
Max apenas va a responder cuando…
VOZ ENTRE LAS SOMBRAS:
—Qué decepción… los encontramos tan rápido.
Del callejón oscuro emergen varios soldados, pero esta vez sus armaduras son distintas.
Más pesadas. Más antiguas. Más ornamentadas.
Max lo entiende al instante.
Max:
—No… estos no son Tenientes.
Son Élite del Top 4.
Eiden retrocede un paso.
Lia aprieta las vendas de sus manos, respirando hondo.
Soldado Élite:
—Entreguen al chico. Órdenes superiores.
Max:
—Van a tener que intentar.
— El combate real empieza
El primer soldado se lanza con una velocidad que rompe el piso.
Max lo intercepta con un solo golpe de palma, tan contundente que hace vibrar los muros.
¡BOOM!
El soldado cae reventado contra el suelo, inconsciente.
Eiden queda con la boca abierta.
Lia, aunque sorprendida, toma postura de combate.
De las sombras salen más de veinte, rodeándolos.
Soldado Élite:
—No subestimamos a un Capitán…
Por eso vinimos preparados.
Max (sonríe apenas):
—Vinieron preparados… para perder.
La batalla explota.
Max se mueve entre ellos como un lobo entre ovejas.
Sus golpes rompen armaduras, sus bloqueos hacen retroceder a los enemigos varios metros.
Cada paso suyo es un terremoto.
Soldado:
—¡¿Qué demonios es este tipo?!
—¡No puede ser humano!
Max agarra la lanza de uno, la parte contra su rodilla y usa el fragmento como proyectil, dejando a tres soldados inconscientes de un tiro.
Max:
—¡Lia, Eiden! ¡Manténganse juntos!
Lia corre hacia un soldado que intenta flanquearlos.
Emily la entrenó bien. Se nota en cada movimiento.
Bloquea un golpe.
Patea la rodilla del enemigo.
Golpea el cuello.
Y lo derriba con una llave limpia.
Lia (con una calma nueva):
—Uno menos.
Eiden la mira sorprendido.
Eiden:
—¡Lia… eso fue increíble!
Ella sonríe apenas, pero no baja la guardia.
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PARTE 4 — Eiden cae… y se levanta diferente
Dos soldados Élite atacan a Eiden al mismo tiempo.
Él esquiva, retrocede, gira, casi baila entre los golpes…
Pero su cuerpo aún está débil.
Un puño lo impacta directo en el pecho.
¡CRACK!
Eiden sale disparado contra una pared y queda sin aire.
Lia:
—¡EIDEN!
Tres soldados la rodean.
Uno la golpea en la boca del estómago, otro la patea al piso.
Ella trata de levantarse, pero la derriban de nuevo.
Eiden los ve desde el suelo.
Su visión se distorsiona.
Algo dentro de él se rompe.
Un hilo de pensamiento aparece:
“No puedo dejar que la toquen.”
Empieza a levantarse.
Sin aire.
Sin fuerza.
Sin equilibrio.
Pero con furia.
Se endereza…
y deja de respirar.
TÉCNICA DE NO RESPIRAR — ACTIVADA (3 minutos)
Los ojos de Eiden se vuelven afilados.
Su postura cambia.
Su cuerpo se estabiliza.
El soldado que va a patearlo se detiene, confundido.
Soldado:
—¿Qué…?
Eiden desaparece de su vista por un instante.
Le da un golpe en la mandíbula tan rápido que el soldado no entiende qué pasó.
Eiden se mueve sin expresiones, sin dudas.
Cada esquive es exacto.
Cada golpe, quirúrgico.
Lia (sorprendida, desde el suelo):
—E-Eiden…
Eiden (voz fría):
—No te pongas de pie. Yo me encargo.
Golpea a un soldado en las costillas, luego en la sien, luego en la clavícula, en una secuencia que apenas se puede ver.
Pero el oxígeno comienza a acabarse.
El cuerpo le tiembla.
La técnica empieza a romperlo por dentro.
Y cuando va a dar el golpe final…
¡Se queda sin aire!
Los soldados aprovechan.
Un rodillazo al estómago.
Un golpe en la nuca.
Lo envían volando por segunda vez.
Eiden cae, sin poder moverse.
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PARTE 5 — La entrada de Emily
Un proyectil atraviesa el aire.
¡CRACK!
Uno de los soldados Élite cae con el cráneo hundido.
Lia mira hacia la azotea.
Y ahí está.
Con los brazos cruzados.
Con cara de muy pocos amigos.
Emily.
Salta desde arriba y cae en medio del grupo, levantando polvo.
Emily (mirando a los soldados):
—¿Estos payasos fueron los que tocaron a mis dos alumnos?
Los soldados retroceden un paso.
Soldado:
—¿E-Emily la Sombra Carmesí? ¡No estaba en este distrito!
Emily:
—Sí. Sorpresa.
Se mueve tan rápido que los soldados apenas ven destellos.
Sus golpes son secos, brutales, impecables.
En diez segundos deja a todos inconscientes.
Emily (mirando a Eiden en el suelo):
—Nada mal, mocoso. Pero si vas a usar esa técnica, prepárate para los efectos secundarios.
Se agacha, lo levanta con una sola mano.
Eiden ni puede hablar.
Emily:
—Vas a estar hecho trapo por unos días. No me importa. Te vas a recuperar. Y luego entrenamos.
Recoge a Lia también, con una facilidad insultante.
Emily:
—Max, nos vamos. Ahora.
Max asiente, agotado de tanto pelear.
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PARTE 6 — La confrontación con Thomas
De vuelta en la base, Emily deja a ambos en camillas.
Max no pierde tiempo y va directo a la oficina de Thomas.
Abre la puerta de un golpe.
Thomas:
—¿Qué pasó ahora, Max?
Max (furioso):
—¡Quiero respuestas!
¿Por qué enviaste a Eiden a una misión en Kurotsume?
Thomas (confundido, genuino):
—¿Qué? Yo no lo envié a ninguna parte.
Max se queda inmóvil.
Ese no es tono de mentira.
Thomas está realmente sorprendido.
Thomas:
—Explícame qué está pasando.
Max:
—Alguien está dando órdenes en tu nombre.
Y casi mata a Eiden y a Lia.
Thomas se levanta lentamente.
Su mirada cambia.
La habitación se enfría.
Thomas:
—Eso… es imposible.
Max:
—No, Thomas.
Lo que es imposible es que no lo hayas notado.
Thomas queda paralizado.
Golpeado en el orgullo.
Y en algo más profundo.
Max se va sin esperar respuesta.
La puerta se cierra.
Y Thomas se queda allí, en silencio…
mientras una sombra detrás de él da un paso hacia atrás y desaparece.
